Jerez de la Frontera acalla las muchedumbres de propios y visitantes llegados para conocer el fenómeno de "la Navidad que mejor suena", como la llamó una alcaldesa, quizá harta de compañeros regidores pugnando por convertir las de sus respectivas ciudades en las mejor iluminadas. Lo nuestro es el villancico aflamencado, las palmitas con compás, la copa fruto de las tierras albarizas de nuestros viñedos y la buena compañía, aquella que realmente tengo algo que aportar. Pero hoy, día de la Nochebuena, llega ya a su final este periplo que se puso en marcha el 21 de noviembre pasado y que, mes y pico después, va a vivir este miércoles 24 de diciembre sus últimas zambombas, poniendo fin al periodo oficial decretado por el Ayuntamiento para la Navidad de 2025, un año en que se han celebrado con especial hincapié en su declaración hace diez años como Bien de Interés Cultural (BIC) por parte de la Junta de Andalucía. Han sido cinco fines de semana en los que la ciudad ha acogido a miles de personas en sus calles y plazas, tanto de Jerez como de fuera, y que ahora, antes de la cena de Nochebuena, se espera, si el tiempo lo respeta, que el centro bulla por última vez con el soniquete de los villancicos que tanto se cantan en estas celebraciones tradicionales de la Navidad jerezana. Puede que sigan contando con turistas, pero estas últimas son ya reducto para gozo y disfrute de los propios jerezanos. Así, se espera que la actividad festiva se traslade al centro desde mediodía, donde habrá zambombas en distintos bares de zonas como plaza Plateros, Pescadería Vieja o calle San Pablo. No obstante, y como viene siendo habitual, no es de extrañar que en cualquier momento y esquina se improvise una zambomba con gente con ganas de entonar los últimos villancicos antes de las cenas familiares del 24 de diciembre. La ciudad inició el pasado 21 de noviembre el periodo oficial de zambombas marcado por el Ayuntamiento de Jerez, que dará fin este miércoles, aunque el bando establece el último día el 25 de diciembre. Desde entonces, se han celebrado más de un centenar de estas celebraciones tradicionales durante los fines de semana, teniendo su periodo "fuerte" durante el pasado puente de diciembre con imágenes como esta inabarcable muchedumbre del Gallo Azul. De hecho, en esos días Jerez lideró la ocupación hotelera de la provincia de Cádiz con prácticamente un lleno técnico, al estar por encima del 90% de reservas. Eso se notó también en sus calles con una gran afluencia de personas en las distintas zambombas que hubo durante ese puente de la Constitución, la mayoría de ellas las organizadas por las hermandades a las puertas de sus iglesias. Morir de éxito es el riesgo, pero defiende la ciudad lo más genuino de su fiesta. Jerez pone punto final a otro año en el que la celebración de las zambombas, y está resultado difícil evitarlo, ha puesto en jaque de nuevo a los residentes del centro, que acaban siendo los perjudicados por estas aglomeraciones, y que durante este periodo han ido denunciando en redes las situaciones de insalubridad que han ido detectando a las puertas de sus viviendas, como orines, basuras o restos de botellón. Así con todo, la ciudad se despide de unas de sus fiestas más esperadas y reconocidas de la Navidad, un reclamo turístico cada vez más destacado en el calendario de eventos de Jerez. La esperanza de unas celebraciones que se aparten lo menos posible del origen que con orgullo se defiende, asoma en citas como la que se celebró muy de mañana en Plaza Rivero el pasado sábado. Esta cita, que destacamos en el video de esta publicación, nos sirva de referencia.