Ben Simmons, ex número uno del Draft de la NBA, ha sorprendido al mundo del deporte tras adquirir un equipo profesional de pesca deportiva en Miami, en un momento en el que su futuro en el baloncesto sigue sin definirse. La operación, confirmada en Estados Unidos, llega mientras el jugador australiano permanece sin contrato y con la vista puesta en un posible regreso a las pistas en la temporada 2025-26, abriendo una nueva etapa como emprendedor fuera del parqué. Una escapada necesaria La noticia se conoció tras hacerse pública la vinculación de Simmons con un equipo de sport fishing con base en el sur de Florida, una región considerada uno de los principales epicentros mundiales de la pesca deportiva de alto nivel. El jugador ha pasado a formar parte del proyecto como propietario, dentro de una estructura que competirá en circuitos profesionales de la disciplina. No se han hecho públicas las cifras de la operación ni el porcentaje exacto de participación de Simmons, un extremo habitual en este tipo de inversiones privadas. Desde su entorno, la iniciativa se presenta como una apuesta empresarial a largo plazo, desligada de una retirada deportiva inmediata. Ben Simmons no disputa un partido oficial de la NBA desde hace meses. Tras su salida de Brooklyn y una etapa marcada por problemas físicos recurrentes, especialmente en la espalda, el base-alero no firmó con ninguna franquicia durante el último mercado, quedando fuera de la liga de cara a la temporada actual. El jugador, de 28 años, sigue entrenando de forma individual y no ha anunciado oficialmente su retirada. Según fuentes cercanas citadas por medios estadounidenses, Simmons contempla un regreso a la NBA en el curso 2025-26, siempre que su estado físico y las condiciones contractuales lo permitan. Un jugador maltratado por la crítica social La trayectoria reciente de Ben Simmons ha estado acompañada por una crítica constante, tanto desde el entorno mediático como desde parte de la afición. Su prolongada ausencia de las pistas, unida a la falta de información clara sobre su estado físico y su futuro deportivo, ha generado dudas sobre su compromiso competitivo. En varios momentos, analistas y exjugadores han cuestionado su disposición para asumir un rol secundario o adaptarse a las nuevas exigencias de una liga cada vez más física y veloz, además de señalar el alto salario que percibía. Simmons también ha sido objeto de debate por su gestión del silencio público, una estrategia que ha alimentado interpretaciones dispares. Mientras algunos sectores ven sus decisiones como una desconexión progresiva del baloncesto profesional, otros recuerdan que su historial de lesiones y el impacto psicológico de etapas anteriores justifican una aproximación más cauta. La inversión en pesca profesional ha sido interpretada por parte de la opinión pública como una señal de distanciamiento, aunque sin indicios concluyentes de una retirada definitiva. Súmate a Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos. hazte socio