Esta noche es Nochebuena, y los más pequeños de la casa están deseando recibir sus regalos de Navidad, y puede que sea una nueva mascota. Mucha gente piensa que regalar un perro a un niño es una idea preciosa, y lo es, si se hace con plena conciencia de lo que implica. Porque tener un perro no es un juguete que se devuelve cuando deja de ser bonito. En Cantabria, se estima que se abandonan cerca de 3.000 perros al año, una media de ocho al día, una cifra que evidencia un problema social donde la decisión de tener un animal se toma a la ligera, sin considerar el compromiso a largo plazo que supone. Para abordar esta problemática, Eduardo Puertas, gestor del refugio canino de la Asociación Protectora de Animales de Santander (Asproan), explica las medidas que toman para frenar el abandono impulsivo: "Normalmente en Navidad no damos perros en adopción, a no ser que los solicitantes sean de confianza". La recomendación es clara: "Cuando pasen las fiestas, si estás igual de interesado, puedes pasarte por aquí y hablamos". La experiencia de casi 14 años de Puertas en la protectora confirma esta triste realidad. Los meses de mayor abandono son "los que vienen después de Navidad: febrero, marzo y hasta junio, son los meses que más repunte tenemos". La razón es que los cachorros regalados crecen, rompen cosas y las familias, al volver a la rutina, se dan cuenta de que no tienen tiempo para dedicarles. Las cifras que maneja Asproan son contundentes. De los 200 perros que recogen de media al año, aproximadamente la mitad llega durante esos meses críticos postnavideños. Son, en su mayoría, cachorros que "han crecido mucho", señala Puertas. En cambio, los perros que se adoptan siendo ya adultos presentan una tasa de devolución mucho menor. Al analizar los motivos que dan los dueños para entregar a sus mascotas, Puertas asegura que la mayoría son sinceros. Sin embargo, en el último año y medio ha surgido una nueva causa que supera a todas las demás: los problemas de vivienda. El pretexto de "tengo que dejar este piso, me tengo que buscar otro y no me admiten con mascotas" se ha vuelto la más habitual. Este factor ha desplazado a las razones más "clásicas" como las "alergias repentinas" o los celos infundados hacia un nuevo bebé. "Durante este año ha sido salvaje la cantidad de casos que hemos tenido en este sentido", subraya el responsable del refugio canino de Asproan, destacando la gravedad de la crisis de la vivienda y su impacto en los animales de compañía. Ante la pregunta de qué consejo daría a una familia que piensa en regalar un perro, la respuesta de Eduardo Puertas es rotunda y se centra en un único factor: el tiempo. "Vivimos de una manera tan frenética, que muchas veces no tenemos tiempo para nosotros mismos", reflexiona. Un perro tiene necesidades que requieren una dedicación "efectiva y real". La conclusión de Puertas es una advertencia directa para evitar futuros abandonos. Si una persona o familia evalúa su rutina y constata que no dispone del tiempo necesario, el consejo es claro: "Si no tenemos tiempo para dedicarle al perro, no te metas en más problemas". Solo si se dispone de esa dedicación, se pueden empezar a valorar otros aspectos para encontrar el animal adecuado.