Cuando supo que estaba embarazada, Hassana Aharoud hizo las maletas y huyó de Marruecos. "No fui a la escuela, ni siquiera sabía escribir; no quería condenar a mis hijas a la vida que había tenido yo", asegura. Primero aterrizó en Holanda, donde tenía una hermana, pero solo le hizo falta una semana para darse cuenta de que "sin papeles, no tenía ninguna opción de sobrevivir allí".