De Casa Mira , maestros artesanos de Jijona que hace décadas se asentaron en Madrid, a la mesa de miles de hogares estas fiestas. Del plató de ' El tiempo justo ' (Telecinco) al disfrute de los consumidores que quieran disfrutar de uno de los productos más excelentes que se comercializan de cara a Navidad, el turrón de Jijona, «el blando», y el «duro», el de Alicante. Así lo ha explicado Carlos Ibáñez, maestro turronero de Casa Mira , a Joaquín Prat en la tarde de Nochebuena, que ha puesto de relieve las claves para que no nos engañen con las calidades y el precio. Ibáñez ha llegado al plató con una mesa con varios productos de su catálogo que siguen fabricando de forma artesanal . Así, ha mostrado uno a uno los ingredientes fundamentales para su elaboración: « almendra Marcona , que es la que usamos nosotros, miel de romero, azúcar y canela, ¡nada más!». Entre los aspectos más relevantes, saber que «debe llevar al menos un 65% de almendras para que se considere un turrón de calidad premium », algo sobre lo que trabajan desde que en 1842 comenzaron en este sector. Este profesional ha propuesto una cata a ciegas y ha enseñado cómo se hace el turrón y cómo se corta después con un utensilio específico: «Se tarda unas dos o tres horas para hacer y después un día que se deja enfriar. Se corta cuando está aún caliente, marcándose con el hacha que usamos para los turrones». Carlos Ibáñez ha compartido que los españoles siguen prefiriendo los artesanales, los sabores de siempre: «El blando de Jijona y el duro de Alicante . Además, este es un turrón que nunca falla, que a todo el mundo le gusta y que siempre los escogen para llevar a las visitas, para regalar o para consumir en momentos como este, porque es totalmente natural». Con los años se han ido poniendo de moda otros productos con diferentes ingredientes. De los que está más de moda, el chocolate de Dubái . Joaquín Prat dejaba claro que eso no era para él y que no sabía bien qué era, de qué se trataba: «Está de moda pero en serio que no tenía ni idea». Todo esto pese a ser un producto viral. «Es una bomba de pistacho con chocolate belga, bañado en oro comestible», le han explicado al presentador, que no terminaba de entender cómo es que se ha hecho tan famoso, comercializándose en más de 60 países. El problema es que, de esa fama, ha llegado un incremento de la demanda y empieza a escasear el pistacho, que ha subido de precio . «Irán, Turquía, Estados Unidos, son proveedores fundamentales pero ahora es complicado porque de tanto consumirse ha empezado la escasez», han comentado en la mesa de ' El tiempo justo '.