El cuñado vuelve a casa por Navidad, aunque el cuñado nunca se ha ido. Naturalmente, el cuñado es una condición españolísima, más allá del vínculo familiar, pero en estas fechas el cuñado es el cuñado, ese charlatán de chistes, esa zambomba hablante, ese poeta de los polvorones, ese zagalón contento que entiende que la cena es la excusa para soplar enseguida cuatro cubatas. Los escritores, o los intelectuales, porque no necesariamente estamos hablando de lo mismo, suelen traernos la gastada anécdota común de que, en Europa, los escritores, o los intelectuales, porque ahí tampoco hablamos necesariamente de lo mismo, se sorprenden mucho si se les habla de un oficio nacional, el opinador, el fabuloso opinador divagante. O sea, el tertuliano.... Ver Más