La llegada de la Navidad despierta ganas de celebrar, compartir grandes comidas y, por supuesto, disfrutar de buenos vinos. Muchas personas optan por comprar vinos más selectos y algo más caros que los habituales, buscando un plus en la calidad y el sabor. Sin embargo, no basta con gastar un pastón en una botella elegante: si no sabemos servirlo adecuadamente, es muy probable que no alcancemos el máximo disfrute ni valoremos todos sus matices.