Para quienes vivieron su infancia en los años sesenta, la imagen actual de la Navidad resulta casi irreconocible. Las luces, la pista de hielo, las casetas, los gorros de Papá Noel y el bullicio que hoy ocupa el Paseo de Cánovas y la plaza Mayor son muy novedosos para los catovis más históricos. Así lo explica Fernando Jiménez Berrocal, Cronista Oficial de Cáceres e historiador, que observa la transformación de estas fiestas como un reflejo fiel de la evolución social de las últimas décadas.