Cáritas redobla esfuerzos en Navidad ante la pobreza invisible en Aragón: "Miramos al 2026 con cierto optimismo"

Cáritas Diocesana de Zaragoza ha presentado los datos actualizados de su labor, revelando que este año ha acompañado a un total de 70.745 personas. La organización ha concedido 6.400 ayudas económicas por un valor superior al millón de euros, aunque subraya que su enfoque principal no es solo la asistencia material. Carlos Gómez Bahillo, director de la entidad, destaca que la intervención se centra en "el acompañamiento", un proceso para ayudar a las personas a reconstruir un "proyecto vital" y alcanzar una vida digna. Bajo el lema "Hagamos que tener una vida digna no sea cuestión de suerte", Cáritas ha lanzado su campaña de Navidad con el objetivo de sensibilizar sobre una realidad cercana y, a menudo, ignorada. La campaña busca que la sociedad tome conciencia de que la pobreza no es ajena. "Hay personas autóctonas que lo están pasando mal", afirma Baíllo, quien señala problemas como la dificultad para llegar a fin de mes, el acceso a una vivienda adecuada o la soledad. La organización insiste en que la exclusión tiene múltiples rostros y no se limita a la población migrante. Muchas personas se ven afectadas por la inseguridad, el miedo y la vulneración de sus derechos fundamentales. Por ello, la campaña navideña es una llamada a la acción y a la empatía, para no negar una realidad que convive con nosotros. Carlos Baíllo pone de manifiesto la contradicción que vive la región. Mientras las cifras macroeconómicas hablan de una "bonanza económica en Aragón", la realidad diaria que atiende la organización es muy diferente. "Cuando vienes a Cáritas, ves la otra realidad, de gente que no tiene derechos fundamentales porque, a veces, no son reconocidos, no existen", explica. Uno de los problemas más graves es el de las personas que, al carecer de permiso de residencia o no poder empadronarse, son invisibles para el sistema. Esta situación les impide acceder a servicios básicos como "el derecho a seguros médicos o a la escolarización de sus hijos", perpetuando un ciclo de exclusión que la entidad se esfuerza por romper. La sostenibilidad de la labor de Cáritas depende en gran medida de la solidaridad ciudadana, ya que solo entre un 15% y un 18% de sus fondos provienen de administraciones públicas. Por ello, la organización apela a la generosidad a través de donaciones directas en su web, por Bizum o mediante las tradicionales coletas parroquiales que se realizarán en las misas de Navidad. Además de las aportaciones económicas, existen otras formas de colaborar. La entidad cuenta con una red de 922 personas voluntarias que son clave en la labor de acompañamiento. También se puede contribuir a través de sus tiendas de ropa de segunda mano, como la ubicada en la calle Mariano Arroyo o la que abrirá la próxima semana en la Plaza del Portillo. Los beneficios de estas tiendas permitieron crear 28 empleos de inserción el año pasado, ofreciendo una oportunidad laboral a personas en exclusión. De cara al futuro, Baíllo mira a 2026 con "cierto optimismo", impulsado por una creciente sensibilidad ciudadana. Cada vez más personas son conscientes de casos cercanos de trabajadores que no llegan a fin de mes o de las dificultades para acceder a una vivienda, lo que, según espera, se traducirá en una mayor generosidad y compromiso social.