"Un colectivo conocido como Anna's Archive, que hasta ahora preservaba libros y artículos académicos de forma ilegal, asegura haber copiado casi la totalidad de lo que la gente escucha en Spotify"

Un colectivo de activistas conocido como Anna's Archive ha puesto en jaque a la mayor plataforma musical del mundo, Spotify, al asegurar que ha copiado y descargado casi la totalidad de su catálogo. La noticia, analizada por el experto en tecnología Jorge Morla en 'Herrera en COPE', desvela una brecha de seguridad que ha permitido la sustracción de millones de canciones y metadatos. Según el colectivo, la operación ha afectado a 86 millones de canciones y más de 250 millones de metadatos, lo que incluye nombres de artistas, títulos, carátulas y códigos de identificación. En total, afirman haberse hecho con casi el 99% de la música que se consume en la plataforma. Por su parte, Spotify ha confirmado haber detectado un "acceso no autorizado" a sus sistemas, aunque no ha verificado la magnitud total de la filtración. A diferencia de los piratas tradicionales, Anna's Archive argumenta que su motivación no es el lucro, sino la protección del patrimonio musical. Según explican, su objetivo es "proteger el patrimonio musical de la humanidad frente a las posibles pérdidas que pueda haber". Sostienen que, al estar la música alojada en servidores de empresas privadas, existe un riesgo real de que miles de canciones desaparezcan si una plataforma pierde licencias, cambia de modelo o cierra. Este escenario no es hipotético, ya que, como recuerda Morla, constantemente hay catálogos que entran y salen de las plataformas, o versiones de canciones que se sustituyen sin avisar. El problema, señala, es que "el usuario realmente no tiene el control" sobre el contenido digital por el que paga, algo que también afecta a películas o videojuegos. "Si una plataforma pierde licencias, cambia de modelo o directamente desaparece, miles de canciones pueden dejar de estar disponibles directamente de la noche a la mañana", advierte el experto. Para la industria musical, esta acción no es preservación, sino una "violación masiva de derechos de autor", ya que millones de canciones protegidas están siendo copiadas y distribuidas sin permiso. Aunque los archivos de audio se están liberando poco a poco, los metadatos y las carátulas ya están disponibles, creando lo que podría ser la mayor base de datos musical abierta jamás creada. El archivo completo ocuparía unos 300 terabytes. La preocupación de los artistas no se limita a la pérdida de beneficios por la piratería. El archivo filtrado es "oro puro para entrenar modelos de inteligencia artificial", ya que los metadatos contienen información detallada sobre género, tempo y estructura. Como apunta Morla, "es justo lo que necesita una inteligencia artificial para aprender a generar música, un manual de instrucciones para crear canciones nuevas sin artistas". El incidente abre un complejo debate sobre la preservación digital y si es legítimo saltarse la ley en nombre de la conservación. La conclusión es que proteger la cultura también implica proteger a sus creadores, y lo que ha hecho Anna's Archive, aunque preserva las canciones, "daña a los creadores", a la música y a la propia plataforma. En otro orden de cosas, un corte de luz masivo en San Francisco ha provocado una situación caótica protagonizada por los robotaxis de Waymo, la compañía de vehículos autónomos de Google. Un incendio en una estación eléctrica dejó sin servicio los semáforos, lo que activó el protocolo de seguridad de los coches sin conductor: detenerse por completo en medio de la vía. El resultado fue un colapso de tráfico brutal en todo el centro de la ciudad, con filas de robotaxis bloqueando cruces y avenidas principales con las luces de emergencia encendidas. El suceso, aunque no dejó heridos, ha reavivado el debate sobre si los coches autónomos están preparados para enfrentarse a los imprevistos del mundo real y plantea una pregunta inquietante: si un simple apagón puede paralizar una flota, ¿qué pasaría ante una emergencia mayor?