La construcción de centros de datos está proliferando tanto que aunque los más grandes del mundo estén en Kolos (Noruega), en The Cidatel (Estados Unidos) y China, te los encuentras ya hasta en Botorrita , en la provincia de Zaragoza. El limite es el cielo. O bueno, ni eso: porque a Silicon Valley se le ha puesto entre ceja y ceja montar centros de datos en el espacio . Y las principales big tech están moviendo ficha para lograrlo. El ex-CEO de Google Eric Schmidt compró la empresa de cohetes Relativity Space con ese objetivo. Nvidia ha respaldado a la startup Starcloud en su proyecto de lanzar la primera GPU NVIDIA H100 al espacio hace unas semanas y Elon Musk hasta ha condensado cómo lo haría en un tuit : "Bastará con escalar los satélites Starlink V3, que tienen enlaces láser de alta velocidad". El cuándo lo deslizó Jeff Bezos en una predicción en la Italian Tech Week : veremos "clústeres gigantes de entrenamiento" de IA en órbita en los próximos 10 o 20 años. La luna es un regalo del universo La siguiente pregunta sería "¿por qué?" . La realidad es que motivos no le faltan. La IA es un auténtico devorador de energía y como la demanda no para de crecer , el espacio ofrece un par de ventajas diferenciales respecto a la Tierra: una energía casi ilimitada y refrigeración gratis. Por un lado, en el espacio tenemos una órbita heliosíncrona donde los paneles solares reciben energía casi continuamente. Por otro, puede ponerse un radiador tan grande para que el espacio funcione como una suerte de 'disipador térmico infinito a -270°C'. No harían falta las enormes cantidades de agua indispensables para el enfriamiento en Tierra. Vaya por delante que a día de hoy no salen las cuentas para tener centros de datos en el espacio. Pero no falta demasiado: el profesor investigador de la Universidad de Florida Central y antiguo miembro de la NASA Phil Metzger estima que quizá dentro de una década pueda ser económicamente viable. Pero tiene tan clara su viabilidad que considera que llevar los servidores de IA al espacio son " el primer caso de negocio real que dará paso a muchos más " ante una futurible migración humana más allá de la Tierra. Así que de momento, lo intentan en la Tierra. Consecuencia: que Donald Trump declare una emergencia energética por la enorme demanda eléctrica prevista para los próximos años. Mientras la red eléctrica se pone al día (o lo intenta), las empresas de IA han decidido pasar de una posición pasiva a una proactiva: Meta se va a convertir en comercializadora eléctrica . xAI de Elon Musk está usando turbinas de gas como fuentes de energía temporal. OpenAI está presionando al gobierno de Estados Unidos para que eche una mano a las eléctricas para sumar 100 gigavatios anuales. Esa cifra a pelo no dice demasiado, pero es astronómica: lo que viene a pedir OpenAI es que Estados Unidos construya casi una España entera ( en torno a 145 GWh considerando los 129 GW consolidados a cierre de 2024 más el despliegue solar y eólico de 2025) cada año y medio en términos de infraestructura. En Xataka Los centros de datos más bestiales del planeta, reunidos en este gráfico La IA crece más rápido de lo que avanza la burocracia eléctrica ¿Cómo podría ayudar la Administración de Trump? Con la eterna burocracia . Porque en la Tierra afrontan grandes retos técnicos, pero también se enfrentan a un muro legislativo. Para disponer de más energía el paso más simple e inmediato pasa por construir nuevas centrales eléctricas, pero eso supone atravesar exitosamente la maraña de trámites que ralentizan el proceso. Solo hay un problemilla: que en Estados Unidos en función de la tecnología, puede llevar de cinco a diez años... con suerte. Solo la interconexión a la red puede llevar seis años, superando con éxito una cola de interconexión con más de 2.000 GW en proyectos que ya están en la fila. Después, hasta cuatro años de permisos federales y ambientales para terminar en otro par de años más para las licencias estatales y locales que deben llegar a buen puerto. 'Permit Stack' le llaman. Y no acaba aquí el periplo: también deben esquivar e l movimiento ciudadano ' Not in my backyard ' (no en mi patio trasero, algo así como "sí, pero no en mi casa"), que ya ha echaron atrás la Battle Born Solar Project (Nevada), la que iba a ser la planta solar más grande de Estados Unidos, o la central de gas de Danskammer (Nueva York), entre otros. Esto puede dilatar la operación todavía más en tanto en cuanto se deben negociar derechos de paso con propietarios individuales que pueden negarse, volviendo a pasar por los tribunales. El cuento de nunca acabar. Para evitar a procesos NIMBY que duren quince años o más, empresas como OpenAI o Microsoft están comprando centrales que ya existen, como por ejemplo la de Three Mile Island, que va a reabrir solo para Microsoft , en lugar de intentar construir nuevas desde cero. Amazon también ha fichado infraestructura que ya está en la red como el Campus de Talen Energy y se ha aliado con Dominion Energy y X-energy para desarrollar minireactores (SMR). También los SMR son la solución de Google, en su caso gracias a un acuerdo con Kairos Power. Todo sea por esquivar esa maraña de trámites del 'Permit stack' que en la práctica y según las estimaciones, hace que sea más rápido optar por la vía espacial que construir una central eléctrica en la vieja y conocida Tierra. Al fin y al cabo para las empresas de la IA "La luna es un regalo del universo", como ya vislumbró Jeff Bezos . En Xataka | Musk ha creado el círculo perfecto: las megabaterías de Tesla alimentan la IA que definirá sus próximos coches En Xataka | Unos investigadores han desmontado las baterías de Tesla y BYD. Ya saben cuál rinde mejor y es mucho más barata Portada | İsmail Enes Ayhan y NASA - La noticia La verdadera razón por la que Musk, Bezos y Pichai quieren construir centros de datos en el espacio: saltarse la regulación fue publicada originalmente en Xataka por Eva R. de Luis .