A inicios de este año, al resumir el año precedente y proyectar el que termina en pocos días, esta columna avizoraba como altamente probable “que el 2025 sea políticamente muy breve, quizás inexistente”. Del 2024 se decía que “su duración política debería prolongarse al menos hasta la convocatoria a elecciones en abril próximo” (El Comercio, 2/1/2025).