La Casa Real tiene varios problemas, uno de ellos se llama Juan Carlos, al cual quiere públicamente ignorar, pero el emérito sigue empeñado en seguir jodiéndole a su hijo el reinado, poniéndole piedras en el camino y queriendo recuperar su sitio en la historia a base de biografías llenas de autobombo y odas a su legado. Su odio a su nuera empieza a ser preocupante, pero su mayor problema tiene otro nombre: Santiago Abascal.