Volví a ver el partido ante el Alavés con la intención de descubrir por fin qué factores explicaron el resultado y no otro. No es como volver a ver una película donde el director decide qué mostrar y qué ocultar en un entorno ficticio, aunque se le parece. En el fútbol no hay guion ni cortes, todo es real, ocurre en tiempo real y cada movimiento puede cambiar el desenlace.