Guillermo de Luxemburgo estrena sus primeras Navidades como Gran Duque con un emotivo discurso

Después de 25 años, el pasado 3 de octubre Enrique de Luxemburgo (70 años) dejó de ser Gran Duque con una emotiva ceremonia de abdicación celebrada en el Parlamento de la capital en su hijo Guillermo (44). Tras un cuarto de siglo, el que hasta entonces fuera regente de la casa Nassau-Weilbourg dio un paso a un lado y cedió a su primogénito la última jefatura de Estado que quedaba en manos de una casa ducal reinante en Europa. Ante diputados, dignatarios extranjeros —entre otros, la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola , y el presidente del Consejo Europeo, António Costa , el presidente francés Emmanuel Macron o su homólogo alemán Frank Walter Steinmeier — Enrique de Luxemburgo se mostró visiblemente emocionado al escuchar el discurso inaugural de su hijo, en el que se comprometió a ser un regente «que construya puentes entre generaciones, entre tradición e innovación». «Me esforzaré por tender puentes entre las personas, fortaleciendo así la cohesión de nuestra sociedad», prometió, junto a una firme defensa de «los principios democráticos fundamentales». Ahora, casi tres meses después, Guillermo de Luxemburgo ha vuelto a hablar ante la nación, en esta ocasión con motivo de la celebración de la Navidad. Un momento histórico que ha sido compartido través de un vídeo publicado en los perfiles oficiales del ducado en redes sociales. En él se puede ver un pequeño grupo de músicos interpretando 'De Wilhelmus', el gran himno ducal de Luxemburgo, antes de que la cámara enfocara una sala decorada con un gran árbol de Navidad adornado, donde Guillermo aguardaba para dirigirse al público con un primer discurso como nuevo jefe de Estado en el que enfatizó los valores esenciales que conforman la sociedad luxemburguesa, como la cohesión, la solidaridad, la apertura y la tolerancia. También destacó el fuerte vínculo que une a los habitantes del país: «En un país pequeño, no somos solo vecinos, sino una familia. Una familia en la que cada uno tiene su lugar, su voz, su responsabilidad. Nos hace fuertes porque se basa en la confianza, la solidaridad y la cohesión. Esa es la fuerza de nuestro país: pequeño en tamaño, pero grande en unidad», dijo con tono sencillo y cercano. Completó su discurso con un mensaje alentador: «Que el próximo año nos ayude a acercarnos más. Juntos, podemos construir un futuro que refleje lo mejor de nosotros mismos. Les deseo a todos una Navidad tranquila, felice s fiestas y un próspero Año Nuevo». Guillermo de Luxemburgo contrajo matrimonio en octubre de 2012 con la gran Duquesa Estefanía con su boda eclesiástica celebrada en la Catedral de Santa María de Luxemburgo, después de tres años de relación. «Nos conocimos unos ocho años atrás en Alemania mientras estábamos de vacaciones con amigos en común. Perdimos el contacto durante varios años; luego, por casualidad, nos volvimos a encontrar en Alemania. Fue entonces cuando comenzó nuestra historia de amor», reconoció la entonces condesa Estefanía en una entrevista concedida en 2012 con motivo del anuncio de su compromiso con el heredero. A la boda asistieron 1.400 invitados, entre ellos, los Reyes de Noruega , la Princesa Margarita de Dinamarca , los entonces Príncipes de Asturias Felipe y Letizia , Carolina de Mónaco , Marie Chantal Miller y Pablo de Grecia o la Princesa Lalla Salma de Marruecos , casada entonces con el Rey Mohamed VI . Para la gran ocasión, la novia lució un espectacular diseño de alta costura de Elie Saab de color marfil con encaje y un velo de tul de seda con hilos de oro. Un vestido de manga francesa con una falda compuesta de doce capas y una gran cola de 4.50 metros. Como complemento especial, Estefanía lució la tiara de 270 brillantes que pertenece a su familia. Fruto de su matrimonio nacieron sus dos hijos: los Príncipes Carlos , de 5 años, y Francisco , de dos. Nacida en una familia aristócrata belga Esta es una fecha con gran simbolismo para la familia pues hace justo un año que Enrique pronunció su último discurso de Navidad al anunciar que cedería la corona a su hijo Guillermo. «Queridos conciudadanos, el año 2024 está llegando a su fin y la Navidad es el momento perfecto para reflexionar sobre el año que acaba. Esta vez lo hago con mucha emoción, ya que es la última vez que pronunciaré el discurso de Navidad como Jefe de Estado», comenzó sin poder evitar emocionarse. Fue a principios del pasado mes de octubre cuando Guillermo tomó la Jefatura. Una fecha muy especial pues se cumplían 25 años de Enrique como gran duque, que también comenzó a ser Jefe de Estado desde la abdicación de su padre, el gran duque Juan , el 7 de octubre de 2000. Una forma de evitar una gran celebración de bodas de plata de reinado con el objetivo de centrar toda la atención en el gran acontecimiento del relevo en el trono a favor de su hijo. El 8 de octubre, el heredero juró su cargo y asumió parte de las tareas institucionales, en un paso decisivo hacia el trono. La nación luxemburguesa, de unos 680.000 habitantes, se engalanó para la ocasión con todo el boato propio por la llegada de decenas de mandatarios. Cientos de personas siguieron la ceremonia y el desfile de invitados que recorrieron la alfombra roja entre el palacio y el Parlamento, para recibir al séptimo soberano de la Casa de Nassau-Weilburg.