Córdoba echa el freno para celebrar en familia una Navidad con sabor a domingo

Después del jolgorio llegó la calma. Córdoba ha despertado esta Navidad con un poco de resaca, dispuesta a echar el freno para recuperar el resuello. Y lo ha hecho saliendo a la calle sin demasiado tropel para tomar el sol y gastar suela paseando después de unas fiestas que han dejado los estómagos más abultados y el bolsillo más vacío. Tras una Nochebuena que empezó temprano y acabó a las tantas, con terrazas llenas de amigos y familias aficionados al tardeo, el frío empezó a calar los huesos y el peso de la tradición devolvió a cada mochuelo a su olivo para cenar en casa, como Dios manda, y gastar los dedos a base de mensajes de móvil. "Siempre digo que no voy a mandar mensajes, pero siempre caigo", confesaba ayer un espontáneo en un grupo de wasap.