El PP gallego celebra su llamada a la convivencia y el BNG lo ve alejado de la gente

Nadie se ha salido demasiado del guion. Ni el Rey en su tradicional mensaje de Navidad ni los representantes de los partidos políticos gallegos en sus reacciones posteriores a la alocución regia. Felipe VI ha centrado su intervención en reivindicar la Transición y la democracia frente a los populismos y los radicalismos, lo que ha sido muy bien recibido por parte del PPdeG, que celebra la apelación del monarca a la convivencia, mientras el BNG, como cada año, considera que las palabras del monarca están lejos de las preocupaciones reales de la gente y carga contra el espíritu del 78, la Constitución y la Unión Europea. El PSdeG, a medio camino, ha echado en falta referencias a la igualdad, la violencia machista o Gaza. Los populares gallegos han querido sumarse al llamamiento del Rey a la convivencia. Un concepto que, en opinión de Paula Prado, secretaria general del PPdeG, ejemplifica la «Galicia del 'sentidiño'». Una «Galicia real» que es leal a la Constitución, que está centrada en lo importante y que es una «tierra acogedora» , como «la definió –recordó Prado– la propia Princesa Leonor cuando recibió la Medalla de Oro de nuestra Comunidad» , la máxima distinción que otorga la Xunta y que le fue entregada en julio en un acto solemne el el Salón Noble del Pazo de Raxoi, en Santiago. La Heredera al trono de España, recuerdan también los populares, terminó este año su formación naval con una jura de bandera en la Escuela Militar de Marín en la que estuvieron presentes sus padres, los Reyes Don Felipe y Doña Letizia, y su hermana, la Infanta Sofía. Para la número dos de Rueda en el PPdeG, Felipe VI «demostró una vez más que es el Rey que los gallegos y las gallegas merecemos y necesitamos» , porque «con sus palabras consiguió representar a los que compartimos los valores de convivencia, diálogo y confianza en la democracia». En Galicia, ha continuado Prado, «no caben esos radicalismos de los que también habló y que caminan en dirección contraria a nuestro 'sentidiño'», que identifica con medidas como el impulso al acceso a la vivienda, «un desafío que citó Felipe VI y que para la Xunta es ya desde hace tiempo una prioridad». Y ha recordado la dirigente popular la promesa del presidente gallego de que en 2026 estarán en marcha 4.000 viviendas públicas. En definitiva, ha concluido Prado, un discurso que simboliza la Galicia que «cree en la fortaleza del modelo autonómico y que representan a la perfección el presidente Alfonso Rueda y el PPdeG». Los primeros en emitir su reacción han sido los nacionalistas gallegos, en boca de su portavoz y único diputado en el Congreso, Néstor Rego. El Bloque ve en el discurso de «Felipe de Borbón» una «evidencia más de que la monarquía, además de ser una institución anacrónica, está alejada de las preocupaciones reales de la ciudadanía y de las clases populares» . Y para Rego, la consecuencia lógica de este análisis es que la «monarquía borbónica» debe «quedar atrás» –dicho de otra forma, abolirse– al no representar, desde su punto de vista, «ninguna solución para los intereses de las clases populares gallegas ni del conjunto del Estado español». El también secretario general de la UPG, el alma radical y dominante del BNG, al que Ana Pontón acostumbra ceder la tarea de valorar el mensaje de Navidad del Rey, ve «curioso» que el monarca date el inicio de la democracia hace 50 años, coincidiendo con la coronación de Juan Carlos I «por las cortes franquistas siguiendo el deseo del dictador Franco que previamente lo había designado como heredero de la jefatura del Estado». Y «a partir de ahí», reprocha Rego, Don Felipe inició una «alabanza de la Transición, la Constitución y la Unión Europea» que no ha gustado nada al representante nacionalista. No le ha gustado porque, asegura, el Rey «olvida que en el caso de Galicia la Constitución establece serias limitaciones democráticas y nos niega como nación y los derechos que nos corresponden». De la Transición dice que «está en la base de muchos problemas con los que nos encontramos hoy en día, especialmente en lo que tiene que ver con las restricciones de libertades democráticas existentes». Y de la Unión Europea, Rego critica que Felipe VI «olvide» que, de nuevo, en el caso de Galicia, «limitó la capacidad productiva en nuestro país en sectores estratégicos como el agropecuario o pesquero y que, aún a día de hoy, las políticas europeas representan una amenaza para nuestros sectores productivos», añade el diputado del BNG en un ejercicio de, cuanto menos, euroescepticismo nacionalista. La mención del Rey al aumento del coste de la vida o a las dificultades en el acceso a la vivienda no fue suficiente para que Rego considere que el discurso del Rey estuvo apegado a la realidad de la calle. En su opinión, «no deja de ser significativo que los principales problemas con los que se encuentra la ciudadanía a día de hoy estuvieron ausentes en el discurso del monarca». «Los liquidó con una simple mención: la carestía de la vida y el precio de la vivienda», ha espetado el diputado del Bloque que ve a «Felipe de Borbón», como gustan de dirigirse al Rey en el nacionalismo y en ciertos sectores de la izquierda, «mucho más preocupado por la desafección política de las instituciones españolas que tienen su legitimidad en la llamada Transición». Una idea que, bien es cierto, y lamenta Rego, fue la que ocupó la «mayor parte del tiempo» de la alocución del monarca. Por su parte, el secretario general del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, ha reprochado a Felipe VI que se dejase en el tintero «referencias a la igualdad , a la solidaridad y a la acción contra matanzas como la de Gaza o la lucha contra la violencia machista ». Besteiro ha echado en falta una reivindicación «sin matices» de estos «valores universales que deben defenderse desde Galicia, desde el conjunto de España y también desde Europa» y que sirven para «cuidar y preservar» nuestro sistema democrático, que, con todo, «no es frágil». El líder de los socialistas gallegos ha lamentado, además, que el mensaje del Rey –«firme contra los radicalismos»– vaya a ser utilizado por «los que no se dan por enterados» : «los que están dañando la convivencia, los que nutren la desconfianza, los extremismos y la desinformación».