Durante décadas, Europa vivió convencida de que la guerra era un recuerdo del pasado. Hoy, esa certeza se resquebraja. Expertos en defensa, inteligencia y seguridad coinciden en que el riesgo de un conflicto en el continente ya no es teórico. La pregunta no es solo si Europa está preparada, sino si está dispuesta a asumir la verdad incómoda.