De inyectarse sangre joven a viajar a aguas internacionales para someterse a un tratamiento ilegal: el temor por envejeceres un poderoso motor que hoy impulsa la inversión de miles de millones de dólares a nivel mundial. En las últimas décadas se han desarrollado un sin fin de experimentos para frenar el paso del tiempo, al menos, en el cuerpo: desde modificaciones en el ADN hasta pequeños cambios en las proteínas y células. Ante los prometedores avances en ciencia y tecnología, hallar lafuente de la juventud parece una promesa cercana, por lo qué la pregunta ya no es cómo sino quién accederá a ella y cuáles serán las consecuencias. El caso de Liz Parrish: ‘Biohacking’ en aguas internacionalesVarios estudios científicos, incluyendo publicaciones destacadas en la revista Nature, han demostrado que la manipulación de los telómeros, una especie de punta protectora para los cromosomas, puede ralentizar e incluso revertir los signos de envejecimiento. Uno de los resultados más exitosos ha sido con la aplicación de telomerasa para alargar esta parte del ADN, retrasando así el envejecimiento de las células. Sin embargo, hasta ahora las pruebas solo han sido avaladas en roedores bajo estrictas condiciones en los laboratorios, se desconocen las consecuencias que pueda tener su aplicación en humanos.El problema es que la ambición va más rápido que la ciencia. En 2015 el nombre de Liz Parrish, empresaria estadounidense, apareció en las noticias en gran parte del mundo luego de dar a conocer que había viajado a Colombia para inyectarse la terapia génica de forma ilegal y apenas probada en ratones. La historia no concluyó ahí, en diversas entrevistas la emprendedora sin formación médica y fundadora de la empresa biotecnología BioViva confesó haber repetido el procedimiento en aguas internacionales para burlar los filtros legales establecidos en la mayoría de países. Desde entonces, asegura que la cuenta regresiva de su cuerpo va hacia atrás. Según la empresa de Parish, sus telómeros se han alargado, lo que le ha restado años biológicos encima. No obstante, sin el trabajo preclínico necesario para pasar a pruebas en humanos, más de un científico ha expresado incredulidad y alertado los riesgos que implica el experimento (incluyendo el posible desarrollo de cáncer), tal es el caso del investigador principal del Laboratorio de Mecanismos del Cáncer y el Envejecimiento en la Universidad de Leicester, Salvador Macip.“Yo no recomendaría a nadie la telomerasa. La ciencia tiene que hacer su curso y no sabemos realmente qué riesgo puede tener”, comentó el experto al respecto.La "Economía Plateada" y el interés de Silicon ValleyComo este, existen otros casos controvertidos, como el de las transfusiones de sangre adolescente, idea inspirada en informes publicados en 2014 en los que se reportaba que inyectar plasma sanguíneo de ratones jóvenes a viejos pareció mejorar su memoria y capacidad de aprendizaje. Los resultados no tardaron en ser retomados por la startup Ambrosia, que comenzó a cosechar y vender transfusiones de sangre fresca a 8 mil dólares. A pesar de ser ampliamente controvertido y no contar con pruebas suficientes, el proyecto rápidamente levantó interés en Silicon Valley, la cuna de los magnates tecnológicos. Peter Thiel, el fundador de PayPal, incluso expresó su interés de forma pública por las transfusiones. Independientemente de la fiabilidad de los métodos, la historia refleja que el interés por la juventud eterna ahora impulsa un importante mercado bajo el argumento de mejorar la calidad de vida durante el envejecimiento. De hecho, el Fondo de Naciones Unidas para la Población calcula que la economía plateada representa un mercado de 15 trillones de dólares. En 2021 la revistaMIT Technology Reviewdio a conocer como Altos Labs, empresa financiada por poderosas figuras como Jezz Bezos, fundador de Amazon y Yuri Milner, cofundador de la empresa de internet Mail.Ru Group comenzó a reclutar a algunas de las mentes más destacadas respecto a las pruebas para reprogramar el rejuvenecimiento. La publicación describió el proyecto como “la última apuesta de Silicon Valley por vivir para siempre” y detalló que el proyecto contaría con la participación de Juan Carlos Izpisúa Belmonte, biólogo español conocido por sus investigaciones en embriones humanos y de monos; así como Shinya Yamanaka, quien compartió el Premio Nobel en 2012 por el descubrimiento de la reprogramación par hacer que las células adultas regresen a su estado embrionario. Desigualdad y longevidadPese a las serias investigaciones, las inversiones dejan en claro algo que ya advierte el premio Nobel de Química 2009, Venki Ramakrishnan“si se utilizan métodos muy sofisticados para tratar el envejecimiento, inicialmente serán bastante caros y quienes se beneficiarán serán los ricos, lo que creará aún más disparidad”, como declaró durante una conferencia desde la FIL Ciencia a principios de diciembre de este 2025. Las cifras actuales ya dan cuenta de esta desigualdad, la esperanza de vida mundial está fuertemente correlacionada con los ingresos. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Banco Mundial, la brecha de longevidadbasada es profunda y clara. Territorios de altos ingresos como Japón o Suiza tienen una esperanza de vida de entre 82 y 85 años. Aquellos de ingresos medios como México o Brasil alcanzan los 73 y 76 años mientras que en Chat o Sierra Leona apenas es de entre 63 y 65 años, es decir, hay entre 18 y 20 años de diferencia respecto a los países de nivel alto. La tendencia se replica también al interior de los países. En México, los estados con menor esperanza de vida como Chiapas, Guerrero o Oaxaca son también los de mayor índice de pobreza. ¿Qué puede pasar si la gente vive más?Por otro lado y como destacó el experto, la disparidad también puede transmitirse entre generaciones, ya que “si los ricos viven más, tendrán más hijos, y sus hijos también se beneficiarán. Así, se puede crear una sociedad de dos niveles”. El otro problema es la intergeneracionalidad: a medida que envejeces, acumulas riqueza, poder e influencia. En el pasado, simplemente se extinguían y llegaban nuevas generaciones”El también ex presidente de la Royal Society añade que, si la gente vive más y, al mismo tiempo, las tasas de fertilidad disminuyen hay una rotación generacional muy lenta lo que puede crear una sociedad más estancada y posiblemente menos justa. “Donde las mismas personas se quedan acumulando riqueza y controlando las cosas. Ya puedes ver eso en el mundo actual. Muchos de los países más grandes del mundo están liderados por personas de entre 70 y 80 años. Así que, imagínense las consecuencias si todos vivieran más” Xi Jinping y Vladimir Putinrecientemente bromeaban sobre la posibilidad de vivir 150 años mediante la sustitución de órganos, mientras que los magnates estadounidenses apuestan sus millones en proyectos rejuvenecedores. Ramakrishnan tiene un punto, puede que muchos quieran vivir más, “pero lo que deseamos no es necesariamente lo que creará la mejor sociedad. Y eso es algo en lo que pensar”. LHM