Cada 25 de diciembre, cuando en la mayoría de los hogares se prepara la comida del día de Navidad, en Dacón ocurre algo distinto: el tiempo se detiene. O, mejor dicho, vuelve a empezar. Muy lejos. En esta pequeña parroquia del concello de Maside, su carballeira da Garrida se transforma desde hace casi cuatro décadas —38 años para ser precisos— en un Belén Viviente sin guiones ni focos, sin ensayos ni jerarquías. Manda la naturalidad que solo se consigue cuando lo que se representa no es un papel, sino una forma de entender estas fechas.