1.000 euros por zafar del trabajo de fin de grado

La picaresca en la universidad existió desde siempre, sobre todo a la hora de librarse del tedio de hacer trabajos. Y no solo es hacer trampas, sino también aprender a esquivar los mecanismos existentes para detectarlas. De hecho, pedirle a Chat GPT que se ponga manos a la obra ya no es la primera opción para muchos estudiantes, que saben bien que sus profesores son capaces de detectar sus artimañas con herramientas punteras, bien entrenadas en la inteligencia artificial.