En la concentración de apoyo a los inmigrantes desalojados en Badalona, se cantó esto a los vecinos hartísimos, que ahora estarán muy contentos: “¡Qué feo debe ser, ser un fachapobre y querer tener poder!”. El lema ha hecho fortuna en las redes. Total, para qué preguntarse por las causas del hartazgo, con lo fácil que es echarles un piropo asquerosamente clasista y así zanjar el problema, el ético y el social. Sin duda ese fachapobre exagera el deterioro de su vida cotidiana, porque es guay tener junto a tu casa un edificio, una vieja ikastola Jaso gigantesca, okupado por cuatrocientas personas. Quién no desearía gozar de esa oportunidad de conocer mundo sin salir del barrio.