Cobá reabre su pirámide Nohoch Mul tras años de cierre

Ascender 114 escalones hasta la cima de la estructura más alta de la Península de Yucatán, rodeado de selva espesa y ecos de una metrópolis maya que rivalizaba con Chichén Itzá, es una experiencia inigualable.Tras años de permanecer cerrada por seguridad, la imponente pirámide de la estructura principal en Cobá, conocida como la Iglesia o Nohoch Mul, vuelve a recibir visitantes a partir de este mes de diciembre de 2025.La posibilidad de volver subir de esta pirámide, que por años estuvo prácticamente clausurada, no es solo un triunfo turístico, sino un hito arqueológico que revela dinastías femeninas, fechas de fundación y alianzas políticas.Reapertura de la pirámide Nohoch Mul: escalera segura y accesible para turistasDe acuerdo con el director del INAH Quintana Roo, el etnólogo Margarito Molina Rendón, la nueva escalera de madera, diseñada por la Coordinación Nacional de Obras y Proyectos, avalada por el Consejo de Arqueología e instalada por carpinteros de Nueva Esperanza, garantiza la protección para que los turistas puedan subir hasta la cúspide de la “estructura piramidal más alta del norte de la Península de Yucatán y apreciar el paisaje que ofrece la selva”.Dicha escalera, precisa en entrevista exclusiva, fue elaborada con árboles de la comunidad de Noh Bec por gente que tiene de tres a cuatro décadas de experiencia en el manejo de las maderas duras de la selva.El etnólogo dice a MILENIO que Cobá es una de las ciudades mayas más vastas de su época, con 70 kilómetros cuadrados, que se erige como un testimonio vivo de poder prehispánico.La estructura tiene 43 metros de altura y su nombre, Cobá, significa “agua picada, agua movida”, evocando los asentamientos junto a lagunas que impulsaron su auge.Un hallazgo estelar en YucatánFundada alrededor de 200 a.C., Cobá alcanzó su esplendor entre los años 500 y 1000 d.C., funcionando como “una gran metrópoli que se comunicaba con las grandes ciudades, como Chichén Itzá, Ichkabal, Tikal e incluso con Calakmul. Llegando a tener intercambios comerciales y alianzas políticas que llegaban al Golfo de México y el Caribe”.Molina Rendón asegura que como parte del Programa Promeza impulsado en Quintana Roo, se consolidaron monumentos y se mejoraron servicios como señalética y cobertura.Un hallazgo estelar fue:“Una roca con registros que marcaba en un grifo, gracias al cual se pudo descifrar la fecha de fundación de Cobá, que fue el año 569 d.C., de origen k'uhul, similar a las de Guatemala, con glifos en excelente estado que emocionaron a epigrafistas como Linda Schele”.Lo más extraordinario, subraya, es que Cobá fue gobernada por cuatro mujeres, un dato desenterrado por Octavio Esparza y la arqueóloga María José. “Hoy conocemos los nombres de estas cuatro mujeres: Ix C’ak Chen, Ix Wak Jalam Chan, Yo’hl Ik Nal y la poderosa Ix Ch’akChen, Señora que corta pueblos, representada en la estela 26. Ella logró alianzas con Yo’okop y Dzibanché, llegando a tener influencia en el Petén guatemalteco. Las estelas 35 y 26 preservan sus legados”.Camino peatonal, no para bicisLa reapertura de la pirámide, que permaneció cerrada por seis años, responde a demandas ejidales y de seguridad.“Cerrada desde la pandemia por deterioro, con accidentes como la muerte de una mujer, aunque no recuerdo el año, así como las lesiones ocasionadas a un turista estadunidense lesionado en 2018 y caídas frecuentes por lluvia y desgaste. Se clausuró su acceso un año después para reabrirse en este año, para lograrlo se restauró con un levantamiento minucioso fotográfico y dibujos de todo de cada uno de los daños, para luego intervenir y consolidar cada uno de los escalones de piedra prehispánica”.Molina Rendón refiere que el diálogo con ejidatarios, como Atilano Ubá, quien dio un “muy emotivo discurso”, el día de la inauguración de la escalera, prioriza la derrama económica local, con servicios como bicicletas y triciclos que operan hace 30 años.“Las bicicletas son un servicio que brindan los ejidatarios desde hace que unos 30 años, por lo menos, y ante esos beneficios que le aporta a la comunidad no buscamos ningún conflicto, pues hemos estado colaborando con ellos y hay que mantener el diálogo para el buen funcionamiento de la zona arqueológica. Uno de esos proyectos es el tema de la circulación de los vehículos y de acceso a la zona arqueológica. Evidentemente tenemos que hablar para mantener esta relación armónica con el ejido y con la comunidad”.El director del Centro INAH Quintana Roo asegura que se cumplió con la comunidad ante la demanda social, equilibrando turismo con conservación ante crisis globales.Recuerda que exploradores como Stephens (1842) y Teobert Maler (1891) la documentaron desde 1972, y actualmente el INAH protege al sitio con 14 gobernantes registrados.Sin entrar en polémica reconoce que hay muchos bicitaxis en el interior de la zona arqueológica de Cobá brindando servicios a los turistas, solo que, al ir a alta velocidad para ir y venir con la finalidad de hacer una mayor cantidad de viajes, sin importarles molestan a los visitantes que deciden caminar por el sendero que, hay que decirlo, es peatonal.Cobá invita a redescubrir su legado: mujeres al mando, rocas fundacionales y una pirámide que corona el norte yucateco.Con más visitantes esperados, el sitio promete no solo vistas épicas, sino claves para descubrir que aún se preservan bajo la tierra en espera de ser descubiertas.