El presidente ruso, Vladímir Putin, quien en una rueda de prensa de fin de año insólitamente reconoció estar enamorado, abrió parcialmente el velo de una vida privada hasta ahora resguardada como secreto de Estado, pero sin revelar la identidad de la destinataria de su amor.“Sí”, respondió lacónicamente el hombre fuerte ruso a una periodista de la emisora televisiva 360, quien le preguntó si estaba enamorado durante el encuentro con los medios denominado Línea Directa, realizado el viernes 19 de diciembre en Moscú.Además de hablar de la guerra en Ucrania y de temas de política internacional, Putin dijo creer en el amor “a primera vista”; aseguró vivir en un departamento con muebles de la época de su predecesor, Boris Yeltsin; reconoció que trabaja mucho y duerme poco y que, de vez en cuando, maneja por las calles de Moscú pero sin recordar el número de las placas de su coche. “También los duros se enamoran”, ironiza Michele Zanzucchi, docente de Comunicación y ex director de la revista italiana Città Nuova, según el cual el “show” de Putin no fue más que un intento de humanizar su imagen, buscando conquistar al público con una serie de admisiones sobre su vida personal que contrastan con la percepción que se tiene de él como líder autoritario y sanguinario.La primera esposaNacido el 7 de octubre de 1952 en Leningrado, hoy San Petersburgo, Putin anunció en 2013 el divorcio con su esposa Liudmila Skrebneva, luego de tres décadas de matrimonio y dos hijas: Maria y Katerina, actualmente de 40 y 39 años de edad, respectivamente.Originaria de Kaliningrado, donde nació el 6 de enero de 1958, Liudmila trabajó de joven como azafata de la aerolínea de pasajeros soviética Aeroflot y se graduó como lingüista, con especialidad en español en la Universidad Estatal de Leningrado.La pareja contrajo matrimonio el 29 de julio de 1983 y, según versiones de prensa, Putin le ocultó hasta poco antes de la boda que trabajaba como agente del Comité para la Seguridad del Estado, —mejor conocido como KGB, por sus siglas en ruso—, los entonces servicios secretos soviéticos.A partir de que, en 1999,Putin se convirtió en primer ministro y un año después en presidente de la Federación Rusa, Liudmila asumió un papel discreto y reservado, con escasas apariciones públicas. Su divorcio se consumó cuando ya circulaban versiones de que su hasta entonces marido tenía hijos con otras mujeres.De acuerdo con versiones de prensa, en 2015, Liudmila se casó con Artur Ocheretny, un hombre 20 años más joven que ella mientras que, tras la invasión rusa a Ucrania en 2022, fue sancionada por Reino Unido que la acusó de haberse beneficiado de relaciones comerciales preferenciales con entidades estatales.La primera dama secreta de RusiaAunque el mandatario ruso nunca ha reconocido oficialmente su relación con la ex gimnasta y ex campeona olímpica Alina Kabaeva, desde hace años circulan versiones de que son pareja y tienen dos hijos.Heroína nacional en 2004, gracias a la medalla de oro en gimnasia rítmica en las Olimpiadas de Atenas, Alina, actualmente de 41 años de edad, fue presentada a Putin por su entrenadora Irina Viner y poco después habrían iniciado una relación clandestina. Según el libro The tsar himself, how Vladimir Putin deceived us all (El zar en persona, como Vladímir Putin nos engañó a todos), escrito por el periodista ruso Roman Badanin (exiliado en Estados Unidos) y su colaborador Mijail Rubin, en 2007, el ex novio de Alina, el cantante Murat Nasyrov, murió misteriosamente al caer de un balcón del quinto piso de un edificio en Moscú en un hecho que quiso hacerse pasar como suicidio.En 2008, el periódico ruso Moskovsky Korrespondent anunció la boda del presidente con Kabaeva pero poco después el diario fue cerrado, su director arrestado y no hubo boda, por lo que ella es conocida como “la primera dama secreta de Rusia”, y madre de dos hijos de Putin: Iván de 10 años y Vladímir, de 6.Alina, de acuerdo con Badanin, fue nombrada en 2014 como jefa del National Media Group, con un salario estimado de 8.8 millones de euros anuales y se convirtió en accionista de mayoría de uno de los bancos más grandes del país, el Bank Rossiya. Según el medio independiente ruso online Proekt, que tiene sede en Estados Unidos, aunque oficialmente Alina reside en un mega departamento de 2 mil 600 metros cuadrados en Sochi, una ciudad frente al mar Negro, en realidad viviría con Putin en Valdai, al norte de Moscú, en un palacio principesco con jardines, alberca, cine privado, gimnasio, saunas y un sistema de defensa antiaéreo.Proekt estima que Kabaeva tiene un patrimonio inmobiliario que supera los 120 millones de dólares.La ex empleada doméstica que se volvió millonariaSin embargo, el libro de Badanin asegura que la primera relación extra conyugal importante de Putin no fue con Alina, sino con su ex empleada doméstica Svetlana Krivonogikh, con quien tuvo una hija, Elizaveta, conocida como Luiza Rozova, en 2003.Según el libro, que cita informaciones dadas a conocer en 2021 por los llamados Pandora Papers, en 2003, Svetlana adquirió un departamento de 3.4 millones de euros en Montecarlo y ha acumulado un patrimonio superior a los 90 millones de euros, con diversas propiedades en San Petersburgo y Moscú.Asiduo visitanteEn 1991 –de acuerdo con Badanin–, cuando acababa de dejar el uniforme del KGB para convertirse en vicealcalde de San Petersburgo, Putin visitaba asiduamente el club de striptease Luna en el centro de la ciudad.Luna tenía habitaciones privadas para encuentros entre los clientes y las bailarinas y, afirman, gozaba de la protección de una banda criminal vinculada con los guardaespaldas de Putin.Al presidente ruso también se le ha atribuido una relación con una estrella de calendarios eróticos identificada como Alisa Kharcheva, quien supuestamente lo visitaba dos veces al mes en su residencia de Moscú. La mujer goza desde entonces de una vida lujosa y reside en uno de los barrios moscovitas más exclusivos.Otra presunta amante de Putin es la modelo Victoria Lopyreva, ex Miss Rusia, quien en 2018 se convirtió en embajadora oficial de la Copa del Mundo FIFA, aunque ella siempre ha negado esas versiones.Putin y las fiestas del bunga bunga de BerlusconiPutin y el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, fallecido en 2023, se hicieron grandes amigos a partir de la cumbre del Grupo de los 8 (G8) celebrada en Génova, Italia, en 2001, y tristemente célebre por los desórdenes y manifestaciones antiglobalización que dejaron un muerto y decenas de heridos y detenidos.A partir de entonces inició una relación muy cercana y hasta “extraña”, según la definición del periodista italiano Filippo Ceccarelli en el libro Una vita troppo (Toda una vida demasiado).Incluso algunos medios italianos informaron que Putin habría asistido a alguna de las llamadas fiestas del bunga bunga de Berlusconi, pasadas a la historia como reuniones de carácter erotico-sexual que llamaron la atención de la magistratura por la participación de prostitutas y menores de edad, como la marroqui Karima El Mahoroug, conocida como Ruby.Una reconstrucción del diario La Repubblica de una visita de Putin a Italia en 2011, señala que el mandatario ruso fue huésped de Berlusconi en sus residencias de Villa San Martino, en Arcore, Milán, y en Villa Gernetto, en Lesmo, y que con ellos habrían acudido Ruby y otras 10 chicas, asiduas participantes de las fiestas del jefe de gobierno italiano, entre ellas la rusa Raissa Skorkina.Previamente, en 2009, la prostituta de alto nivel Patrizia D’Addario, interrogada por los fiscales sobre un giro de prostitución en las reuniones de Berlusconi, dijo que en uno de esos encuentros el entonces primer ministro le pidió que lo esperara “en la cama de Putin” en su residencia del Palacio Grazioli en Roma (actualmente sede de la Asociación de la Prensa Extranjera), en alusión a un camastro que le habría regalado el presidente ruso.“Hasta hoy es un misterio la relación de amistad entre Berlusconi y Putin y sobre todo cómo fue posible que il Cavaliere (“El caballero”, como se le conocía a Berlusconi) haya presentado al hombre de hielo del Kremlin, al autócrata que ha sofocado el disenso y desencadenado dos o tres guerras sanguinarias, como ‘un hombre de paz’, ‘una alma delicada’, ‘una persona sensible” y hasta ‘un don de Dios’ “, concluye Ceccarelli.MD