Muy cerca de nosotros, en nuestros pueblos y ciudades, hay mujeres y niñas sometidas a prácticas contrarias a los derechos, a los principios y a los valores propios del humanismo, que precisamente al poner al humano en el centro, promueve la dignidad, la libertad, la igualdad y los derechos humanos como nuestros pilares fundamentales.