La amplia población de delfines que bordea la costa gallega representa todo un espectáculo de la naturaleza, pero también un problema para los pescadores. Los mamíferos, inteligentes como pocos, saben que si se acercan a un cerquero tendrán acceso a comida fácil, aunque eso pueda suponer un riesgo para ellos. Para conseguir darse una comilona, lo intentan (y consiguen) todo, abriéndose paso a través de las redes y provocando roturas y daños en los aparejos de las embarcaciones. Para intentar evitar esto último y también que los delfines puedan sufrir, la Cooperativa de Armadores del Puerto de Vigo (ARVI) lanzó el proyecto EcoCerco junto al Bottlenose Dolphin Research Institute (BDRI) para testar dispositivos que los ahuyentasen de la flota. Tras unos resultados irregulares, ahora nace EcoCerco2 con un nuevo enfoque: si el objetivo es proteger a los animales, ¿y si en lugar de molestarlos se indemniza a los pescadores en caso de daños?