Todo el mundo sabe que estudiar una oposición es un proceso largo y difícil que requiere dedicación, esfuerzo y sacrificio. Días de descanso de la jornada laboral invertidos en estudiar y un importante gasto económico, tanto en academias de formación como en méritos para sumar puntos en el resultado final. Una entrega que parece tener sentido cuando llega la ansiada plaza de funcionaria. Una plaza que se supone que va a aportar estabilidad económica y personal.