Política sintética

Entre el fin del domingo y las primeras horas del lunes asistimos a ese habitual y rápido análisis de los resultados en comparecencias sucesivas. Uno tras otro desfilaron todos los líderes, asegurando lo que ya sabíamos que iban a decir, discursos salidos de un mismo molde prefabricado. Nada de autocrítica profunda ni adelantos contundentes. Solo el guión clásico de quien sabe que el partido sigue, incluso para aquellos tan claramente derrotados que echaron mano del comodín más extravagante: culpar al vencedor.