Después de la comida de Navidad , la nevera suele contar una historia común: fuentes a medio terminar, guisos en tuppers improvisados, restos de asados, caldos, mariscos cocidos y postres que nadie quiere tirar, pero que tampoco se van a consumir de inmediato. Congelar parece la solución lógica, pero no siempre se hace bien. El resultado, semanas después, suele ser decepcionante: sabores apagados, texturas alteradas y platos que ya no se parecen a lo que fueron . La buena noticia es que congelar bien los restos de comida es sencillo, siempre que se respeten algunos principios básicos . El objetivo no es únicamente conservar los alimentos, sino mantener su sabor, su aroma y, en la medida de lo posible, su textura original. Y eso depende tanto de qué se congela como de cómo y cuándo se hace. Uno de los fallos más habituales es congelar las sobras «tal cual», horas después de haber terminado la comida, cuando ya han pasado demasiado tiempo a temperatura ambiente o en la nevera. Cuanto más se retrasa la congelación, mayor es la pérdida de calidad . Lo ideal es congelar los restos lo antes posible, una vez que el alimento se ha enfriado por completo . Esto evita la proliferación de bacterias y reduce el deterioro del sabor. Nunca se debe meter comida caliente directamente en el congelador, ya que genera condensación y afecta tanto al alimento como al propio electrodoméstico. No todos los recipientes sirven para congelar. Usar envases inadecuados es una de las principales causas de que la comida pierda sabor. El aire es el gran enemigo del congelado: oxida, reseca y altera los aromas. La mejor opción son recipientes herméticos, preferiblemente de vidrio o plástico apto para congelador, llenos casi hasta arriba para minimizar el aire interior . En el caso de bolsas de congelación, conviene extraer todo el aire posible antes de cerrarlas. Si se trata de caldos, salsas o guisos, congelarlos en porciones facilita mucho su uso posterior. Un truco práctico es etiquetar cada envase con el contenido y la fecha. No todos los alimentos se congelan igual de bien. Platos como guisos, estofados, caldos, cremas, salsas, carnes asadas o rellenos soportan muy bien la congelación y, en algunos casos, incluso mejoran tras el reposo. En cambio, alimentos con alto contenido en agua o emulsiones delicadas pueden sufrir más. Las patatas cocidas, algunas verduras, las ensaladas o las salsas con mucha mayonesa no ofrecen buenos resultados tras descongelarse. En estos casos, conviene separar componentes antes de congelar o asumir que el uso posterior será distinto (por ejemplo, triturar para una crema). Una congelación rápida conserva mejor la calidad del alimento. Para lograrlo, es importante no sobrecargar el congelador y colocar los recipientes de forma que el frío circule bien . Cuanto más rápido se congela un alimento, menos se rompen sus estructuras internas y mejor mantiene su textura al descongelarse. Si el congelador tiene función de congelación rápida, es recomendable activarla unas horas antes de introducir los restos de comida, especialmente después de grandes comidas navideñas. Tan importante como congelar bien es descongelar correctamente . El mejor método es pasar el alimento del congelador a la nevera y dejar que se descongele lentamente. Esto preserva el sabor y reduce la pérdida de líquidos. Evitar, siempre que sea posible, la descongelación a temperatura ambiente o con agua caliente. En el caso de guisos o salsas, pueden ir directamente del congelador al fuego a baja temperatura, removiendo con paciencia hasta recuperar su textura original. También debes tener en cuenta lo que te contamos en este artículo sobre recalentar los planos navideños para que no se resequen . Congelar correctamente los restos de Navidad es una cuestión también de respeto por el producto y por el trabajo que hay detrás de cada plato. Con unos pocos gestos (tiempo, envase adecuado y método correcto) es posible seguir disfrutando de esas comidas especiales semanas después, sin renunciar al sabor . Y si estas fiestas has comido o vas a comer marisco, lee este truco para congelar correctamente el marisco .