La ciudad de Logroño está viviendo un auge de los Vehículos de Movilidad Personal (VMP), especialmente los patinetes eléctricos, que ha traído consigo un incremento notable de siniestros y denuncias. Según datos de la Policía Local, este año se han registrado 178 siniestros, frente a los 122 del año anterior, y 1.186 denuncias por infracciones relacionadas con VMP, una cifra que supera con creces las 429 del año pasado. El aumento de la siniestralidad y las quejas ciudadanas ha llevado al Ayuntamiento a poner en marcha, desde este martes y hasta finales de enero, una nueva campaña de control y sanción de estos vehículos, con especial atención a los patinetes eléctricos, que se han convertido en uno de los medios de transporte más utilizados en la ciudad. El concejal de Interior, Francisco Iglesias, ha destacado que esta tendencia refleja un cambio estructural en los modelos de movilidad urbana, donde los VMP juegan un papel cada vez más importante. “El aumento del uso de estos vehículos ha generado también un aumento de los siniestros en los que se ven implicados, lo que exige una adaptación progresiva de las políticas de seguridad vial y de la actuación de la Policía Local”, ha explicado Iglesias. Desde la administración local se insiste en que esta campaña se suma a las tres anteriores realizadas en esta legislatura, con el objetivo de garantizar que los usuarios respeten la Ordenanza Municipal Reguladora de Vehículos de Movilidad Personal y las normas de seguridad vial. “Se trata de continuar controlando el uso correcto de los patinetes eléctricos y sancionar a aquellos usuarios que no respetan la normativa, así como de proteger a todos los peatones y ciclistas de la ciudad”, ha subrayado el concejal. Durante los últimos dos años, la Policía Local ha intensificado sus esfuerzos en materia de VMP, combinando vigilancias preventivas, campañas de tráfico y servicios focalizados en puntos con alta concentración de estos vehículos. Gracias a estas actuaciones, se ha detectado un total de 1.615 infracciones entre 2024 y 2025, de las cuales 1.186 corresponden únicamente a este año, lo que pone de manifiesto la magnitud del problema y la necesidad de reforzar los controles. Entre las infracciones más habituales destacan circular con pasajero, que se ha registrado en 334 casos frente a 136 en 2024; circular por la acera, con 305 denuncias frente a 110 el año pasado; circular con tasa positiva de alcohol, detectada en 139 ocasiones frente a 33 en 2024; y circular bajo los efectos de drogas, con 45 casos frente a 20 el año anterior. También se han detectado 100 infracciones por menores de 16 años usando VMP, frente a 49 en 2024. Además, la sanción más elevada se aplica a quienes se niegan a someterse a pruebas de alcohol o drogas, con multas que alcanzan los 1.000 euros, lo que este año ha ocurrido en ocho casos. Iglesias ha hecho hincapié en que la campaña no busca únicamente sancionar, sino también educar a los usuarios y concienciar sobre la seguridad vial. “La combinación de vigilancia, prevención, educación y sanción ha permitido mejorar la detección de infracciones y actuar sobre aquellos comportamientos que afectan negativamente a la seguridad vial”, ha explicado. Uno de los puntos más importantes de la campaña es recordar a los usuarios cómo deben circular los VMP en la ciudad. Estos vehículos pueden transitar por zonas de prioridad peatonal, como calles residenciales y zonas 30, siempre respetando la prioridad de los peatones y dejando una distancia mínima de metro y medio al cruzarse. En caso de aglomeración y si no se puede mantener esta distancia, el usuario debe bajarse del vehículo y continuar a pie. En vías ciclistas, incluyendo carriles bici y aceras bici, las bicicletas tienen prioridad sobre los VMP. En estos casos, los patinetes deben circular a una velocidad máxima de 20 km/h (10 km/h en aceras bici). También pueden transitar por parques y otras vías permitidas para bicicletas, respetando siempre la prioridad de los peatones y circulando a un máximo de 5 km/h en estas zonas. En calzadas con un solo carril por sentido, los VMP pueden circular a un máximo de 25 km/h, mientras que las bicicletas pueden alcanzar los 30 km/h. En ningún caso se permite que los VMP circulen por aceras, andenes o paseos. En cuanto al estacionamiento, deben usar aparcabicis, lugares habilitados para bicicletas o motocicletas, o bien dejar los bordillos libres dejando al menos 3 metros de anchura de acera. La seguridad nocturna es otro aspecto fundamental de la normativa. Los usuarios deben llevar luces homologadas y prendas reflectantes, especialmente si circulan por la calzada. Además, a partir del 1 de enero, y como consecuencia de la transposición de la normativa nacional de la directiva europea, todos los VMP deberán contar con un seguro obligatorio de responsabilidad civil, que cubra posibles daños a terceros. La falta de este seguro puede suponer multas entre 200 y 1.000 euros, además de la inmovilización del vehículo durante los controles policiales. La ordenanza municipal también establece que en los VMP no pueden viajar dos personas, que deben disponer de timbre si el vehículo tiene manillar, que los conductores tengan 16 años o más, que lleven su DNI y que utilicen casco en caso de actividad profesional o explotación económica. Asimismo, está prohibido usar el teléfono móvil o auriculares mientras se circula y es obligatorio someterse a pruebas de alcohol y drogas si los agentes de la Policía Local lo requieren. Para atravesar pasos peatonales, el usuario debe bajar del vehículo y cruzar a pie, salvo en tramos que cuenten con carril bici. Francisco Iglesias ha señalado que el principal reto a medio y largo plazo es continuar desarrollando campañas orientadas a la reducción de la siniestralidad, con un enfoque que combine prevención, educación y sanción. “Los VMP son un medio de transporte cada vez más habitual, pero su correcto uso es imprescindible para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos. Por eso, estas campañas buscan concienciar a los usuarios y proteger a los peatones, especialmente en horas de baja visibilidad o durante la noche”, ha concluido. Con esta iniciativa, la Policía Local de Logroño no solo refuerza los controles en la vía, sino que también utiliza las redes sociales y la cartelería digital de la ciudad para difundir información sobre las normas y recomendaciones. La campaña busca que los ciudadanos comprendan las reglas de circulación, las sanciones y la importancia de la seguridad, mientras se adaptan a un modelo de movilidad urbana que cada vez integra más los vehículos eléctricos personales. El aumento de los patinetes y VMP en Logroño refleja también un cambio en la forma de moverse por la ciudad, donde la movilidad sostenible y rápida es cada vez más valorada, pero también requiere responsabilidad y respeto por las normas. La educación y la vigilancia se presentan como las claves para evitar accidentes, minimizar riesgos y lograr que la convivencia entre peatones, ciclistas y usuarios de VMP sea segura y ordenada. En definitiva, Logroño se enfrenta a un reto creciente en movilidad urbana, con cifras que demuestran que la llegada masiva de patinetes eléctricos no puede gestionarse sin normas claras y control efectivo. La campaña policial hasta finales de enero será decisiva para recordar a los usuarios la importancia de cumplir con la normativa, usar elementos de seguridad y circular de manera responsable, asegurando así que la ciudad pueda disfrutar de este nuevo medio de transporte de forma segura y sostenible.