Las playas de Doñana vuelven a mostrar una imagen alarmante de degradación ambiental. Decenas de bidones de gasolina, utilizados habitualmente por los traficantes para abastecer a las narcolanchas en alta mar, han sido arrastrados por las mareas hasta los arenales de este espacio natural. El estado actual de zonas como Cuesta Maneli y Matalascañas dejan buena muestra de ello. Y es que estos restos, devueltos a la orilla tras los temporales , evidencian una problemática que va mucho más allá de episodios puntuales y que afecta de lleno a uno de los enclaves naturales más valiosos de Europa. Además, junto a las garrafas, a la arena también llegan restos de plásticos, envases y todo tipo de residuos que se acumulan en la orilla tras cada episodio de mal tiempo. Una contaminación visible y persistente que no ha pasado desapercibida y que continúa siendo denunciada a través de las redes sociales. Ejemplo de ello es el vídeo difundido en Instagram por el activista medioambiental Enrique Herrero (a través de su cuenta @quiquebolsitas ) donde se muestra el deplorable estado en el que se encuentran estas playas protegidas. «Seguimos aquí, en las playas de Doñana, y os voy a enseñar... Que ya lo habéis visto otras veces, pero bueno. Llevo andando casi una hora, lo que he visto es una locura , y todavía no he llegado a la zona cero«, comienza avisando este activista medioambiental, antes de entrar de lleno en la situación, mientras sigue mostrando tal panorama. »Aquí, el Ayuntamiento de Almonte hace lo que puede. Soy muy consciente de ello. Pero también necesitamos que empresas, colectivos, ciudadanía echen una mano . Porque esto se nos está yendo de las manos del todo. Esto no hay una administración pública que lo pueda sostener solo. Y menos el Ayuntamiento de Almonte. Aquí tendría que estar la Junta, el MITECO... En fin «, lamenta. No deja de sorprender el estado que muestran las playas de Doñana, repleta de garrafas del narcotráfico. Y es que, lejos de ser una simple cuestión visual, esta acumulación de residuos supone una amenaza real para el frágil equilibrio natural de Doñana . Organizaciones ecologistas alertan de que los restos abandonados en la costa (plásticos duros, bidones deteriorados y vestigios de hidrocarburos) contaminan la arena y se convierten en un peligro constante para la fauna . Aves, insectos y pequeños animales pueden quedar atrapados o intoxicados, mientras que el impacto se extiende tanto al medio terrestre como al marino.