Según la Encuesta de Salud de España esta dolencia se sitúa como el segundo problema de salud crónico más frecuente en el país, solo por detrás de la hipertensión arterial. Además, el dolor cervical afectará en algún momento de su vida al 30 %–40 % de la población . El doctor Julio Maset, médico de Cinfa, explica que los problemas en cualquier zona de la espalda —cervical, dorsal o lumbar— pueden provocar dolor intenso y, en muchos casos, incapacitante. Pero no son las únicas causas: también influyen el estrés, la fatiga muscular e incluso traumatismos y tumores en casos concretos. Detrás de la mayoría de los dolores de espalda se suelen encontrar malos hábitos posturales que se repiten de forma constante en el día a día. Acciones tan cotidianas como trabajar frente al ordenador, caminar o dormir adoptando una postura inadecuada son la raíz de muchas de estas molestias. Aunque la postura es un factor principal, existen otras posibles causas que pueden provocar dolor de espalda. Entre ellas se encuentran el estrés, la fatiga muscular, la fibromialgia o enfermedades degenerativas como la artritis o la espondilosis. Asimismo, la presencia de tumores o los traumatismos derivados de accidentes también pueden originar este tipo de dolencias. En el caso específico del dolor lumbar, las personas con sobrepeso y las mujeres embarazadas son dos de los grupos más propensos a sufrirlo. También afecta a quienes, por su trabajo, habitualmente cargan pesos o pasan mucho tiempo de pie en su puesto laboral. En cuanto al tratamiento, los especialistas recomiendan un enfoque combinado: la aplicación local de calor, por ejemplo con mantas o bolsas, puede ayudar a relajar los músculos, y está el uso de antiinflamatorios bajo supervisión médica. La fisioterapia también juega un papel importante En el caso del dolor cervical, el especialista puede recomendar el uso temporal de un collarín, aunque debe usarse siempre bajo supervisión médica y nunca durante mucho tiempo para evitar que los músculos del cuello se debiliten. En el caso de la lumbalgia, podría ser recomendable recurrir a fajas protectoras. Por último, en casos específicos como el de un disco herniado, puede ser necesario recurrir a la cirugía para reducir la presión en la médula espinal o en las raíces nerviosas. El doctor Maset subraya que la prevención es clave: además de cuidar el peso corporal y el estado físico general, adoptar una correcta higiene postural al trabajar, levantar pesos, caminar o dormir es esencial para evitar la aparición del dolor y evitar que se haga crónico. Hábitos sencillos, como mantener una postura erguida al andar, pueden marcar una gran diferencia en la salud de la espalda. Presta atención a la manera en que caminas. En muchos casos, sin ser conscientes de ello, andamos encorvados, cargando el peso de los hombros hacia delante. Es importante evitar esta tendencia irguiendo la espalda y elevando la cabeza. Y no hay que abusar de los zapatos de tacón alto ni de los bolsos muy pesados, que cargan el peso en un único lado de nuestro cuerpo.