León XIV lamenta que quienes creen en la paz y en el diálogo "son ridiculizados" y excluidos del debate público"

El Papa León XIV ha invocado a San Esteban, considerado el primer mártir de la Iglesia, para que “haga fuerte nuestra fe” y sostenga a las comunidades cristianas “que mayormente sufren por su testimonio cristiano”. En el tradicional ángelus que los papas rezan el 26 de diciembre, día de San Esteban, el Pontífice desea que el ejemplo de “mansedumbre, de coraje y de perdón” del protomártir acompañe a los que “se comprometen en situaciones de conflicto para promover el diálogo, la reconciliación y la paz”. En este sentido, el obispo de Roma ha señalado que el martirio “es un nacer al Cielo, una mirada de fe incluso en la muerte que no advierte solo oscuridad”, y ha recordado el relato de 'Los Hechos de los Apóstoles', que atestigua que quienes vieron a Esteban ir hacia el martirio “quedaron sorprendidos por la luz de su rostro y por sus palabras”. “Los que estaban sentados en el sanedrín tenían los ojos clavados en él, y vieron que sus el rostro de Esteban parecía el de un ángel, un rostro del que no pasa indiferente por la historia, sino que la afronta con amor. Todo lo que Esteban hace y dice representa el amor divino que se manifiesto en Jesús”, ha puntualizado León XIV en la oración mariana. El Papa ha hecho hincapié en que la atracción del nacimiento de Jesucristo y su belleza es rechazada por aquellos que “temen perder su poder, quienes son desenmascarados en su injusticia por una bondad que llega a los corazones”, y advierte: “Ningún poder puede prevalecer por encima de la obra de Dios”. León XIV ha ensalzado a aquellas personas que anteponen “la justicia y la paz a sus temores”, aquellos que “sirven a los pobres en lugar de así mismos”. En este contexto de incertidumbre que reina en el mundo de hoy, el Papa recalca que aquellos que “creen en la paz y eligen el camino desarmado de Jesús y los mártires son ridiculizados, excluidos del debate público y no pocas veces acusados de favorecer a adversarios y enemigos”. A todos, ellos León XIV les alienta recordando que “el cristiano no tiene enemigos, sino hermanos y hermanas que siguen siéndolo incluso cuando no se comprenden entre ellos”, ha subrayado.