Más de cuarenta agricultores y ganaderos de Navarra se han concentrado este viernes por la mañana en la Cuenca de Pamplona, y otra veintena en la zona de Tierra Estella, para unirse a las protestas convocadas a nivel nacional. La movilización, según explica Alberto Alecha, presidente de Semilla y Belarra, surge de forma espontánea para reclamar soluciones a la grave crisis que atraviesa el sector primario. El acuerdo con Mercosur "es la puntilla", afirma Alecha, quien denuncia que los tratados internacionales permiten la entrada de productos con estándares de calidad "muy, muy, muy inferiores a lo que tenemos en Europa". El problema, señala, es que el consumidor no puede tomar decisiones informadas. "La reivindicación es que la ciudadanía pueda decidir lo que come, y con la información que hay ahora no puede", lamenta. La legislación actual sobre el etiquetado impide que los consumidores conozcan detalles cruciales sobre los alimentos importados. Países como Francia e Italia ya han mostrado su rechazo a la ratificación del tratado, que supondría "el declive de la agricultura tal y como es", advierte Alecha. El presidente de Semilla y Belarra augura que el modelo de "pequeñas o medianas producciones" desaparecerá y todo quedará "en manos de grandes corporaciones". Alecha pone como ejemplo a Brasil, "donde está permitido el uso de hormonas de crecimiento" y se utilizan "fitosanitarios que aquí están prohibidos por su toxicidad". Critica que no se realicen las verificaciones necesarias en los países de origen para controlar cómo se producen estos alimentos. Esta situación, insiste, se traduce en una competencia desleal para los productores europeos, que deben cumplir normativas mucho más estrictas. El resultado de estos acuerdos comerciales es el cierre continuo de explotaciones familiares. Por ello, el sector hace un llamamiento para que el consumidor "reclame poder elegir". La solución, según Alecha, pasa por exigir a los políticos que legislen para "mantener la soberanía alimentaria", un concepto que define como la capacidad de la ciudadanía para decidir realmente sobre su alimentación.