Beatriz, médico en Zaragoza: "Esta semana voy a hacer 62 horas de trabajo obligada, y esto no es algo puntual"

Tras las cuatro jornadas de huelga protagonizadas por los médicos hace unas semanas, un acto poco habitual en el sector, la precariedad laboral que denuncian sigue latente. La doctora Beatriz Forniés, especialista en Anestesiología y Reanimación en el Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, ha explicado en los micrófonos de COPE Zaragoza las circunstancias que han llevado al colectivo a una movilización casi histórica. Forniés pone voz a un malestar generalizado por unas condiciones de trabajo que consideran "vulneradas y pisoteadas por la administración", una situación agravada por la alta presión sanitaria derivada de la epidemia de gripe. El origen del conflicto, según Forniés, reside en una ley que data del año 2003, el Estatuto Marco del Personal Estatutario de los Servicios de Salud. La doctora lo califica como un marco "obsoleto" que no se ajusta a las necesidades actuales de la sociedad, que reclama calidad de vida, conciliación familiar y salud mental. "Somos los únicos trabajadores sanitarios cuya carga asistencial es ilimitada y cuya jornada laboral tampoco está limitada de ninguna manera legal", ha denunciado Forniés, subrayando la desprotección que sufre el colectivo médico. Esta situación obliga a los facultativos a asumir jornadas maratonianas por imperativo legal. "Estamos obligados por ley, no porque queramos trabajar más", ha insistido la especialista. Como ejemplo, ha detallado su propia agenda para una semana con dos días festivos: "Tengo 62 horas de trabajo obligatorias". Forniés ha aclarado que no se trata de un hecho puntual por la Navidad o la falta de personal, sino que "esta es la manera habitual y normalizada, desde hace más de dos décadas, de organizar el trabajo de los servicios médicos". Esta normalización de la sobrecarga tiene un impacto directo tanto en la seguridad del paciente como en la salud de los propios profesionales. "¿Alguien se plantea cuántas horas llevan esos médicos trabajando cuando lo tienen que operar a las 3 de la madrugada?", ha cuestionado Forniés. Además, ha añadido que nadie evalúa "el riesgo que eso supone para el paciente" ni "el impacto directo que eso tiene en nuestra salud y en nuestra vida". Otra de las grandes batallas del colectivo es la clasificación profesional. Forniés ha respondido a quienes les acusan de "clasistas" por reclamar un estatuto propio que permita diferenciar sus funciones. Para ilustrarlo, ha utilizado una analogía: "En una orquesta hay un director, solistas y músicos de acompañamiento. Eso no es clasismo, es organización del trabajo". Critica que lo que en cualquier ámbito laboral se considera una estructura lógica, "en la sanidad se llama clasismo". La doctora ha defendido esta diferenciación basándose en la exigente formación que se requiere para ejercer la medicina: una carrera universitaria de 360 créditos, un examen MIR y una especialidad de cuatro o cinco años. "Estos 11 años de formación es algo que no se le exige a ningún otro trabajador sanitario", ha remarcado, argumentando que esta realidad justifica la necesidad de una mesa de negociación propia donde puedan defender sus especificidades laborales. Respecto a la pasada huelga, Forniés asegura que la "batalla de los números" la tienen perdida de antemano. La administración aragonesa cifró el seguimiento en un 15%, un dato que la doctora califica de "falseado". Explica que esas cifras no contabilizan al personal en servicios mínimos (que en ocasiones era del 100%), ni a quienes libraban guardia o estaban de vacaciones. Como prueba del impacto real ha señalado que con ese supuesto 15%, "se suspendieron más de 800 cirugías en cuatro días en Aragón". Finalmente, Beatriz Forniés ha enviado un doble mensaje. A los pacientes les ha asegurado que el compromiso de los médicos con la sanidad pública es total y que su lucha busca "atenderlos como se merecen". A los políticos, les ha lanzado una advertencia clara sobre la unidad del colectivo: "Los facultativos no vamos a parar, utilizaremos todos los medios legales necesarios para que escuchen nuestras reivindicaciones". Y ha sentenciado con una frase que resume su determinación: "Lo que reclamamos es justo y legítimo, y no saben a quién tienen delante".