El traje de baserritarra, omnipresente en celebraciones como Santo Tomás o los desfiles de Olentzero, ha trascendido su papel festivo para convertirse en objeto de estudio académico. La investigadora Anne Albizu ha culminado más de 30 años de investigación con la defensa de la primera tesis doctoral sobre esta indumentaria en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Su trabajo, calificado con sobresaliente, no solo analiza la historia y evolución de la vestimenta, sino que propone un objetivo claro, que su conocimiento se integre en el sistema educativo como parte fundamental de la cultura vasca. La motivación de Albizu nació hace tres décadas a partir de una pregunta recurrente: "¿Por qué llamamos traje de baserritarra a nuestro traje de fiesta?". Para la investigadora, era necesario impulsar un debate que trascendiera la calle y los museos para llegar al ámbito académico. "Tiene que pasar también a la enseñanza, al fin y al cabo es cultura", afirma Albizu. Su objetivo es que el estudio de la indumentaria gane el prestigio y el espacio que merecen otras manifestaciones culturales como la trikitixa o el txistu ya forman parte de programas en centros superiores como Musikene o los conservatorios. "Sobre la indumentaria no aprendemos nada en la escuela", una laguna que espera que se subsane a partir de su tesis. El interés de Albizu por el tema se remonta a su vinculación con el grupo Arguia y la asociación Ikerfolk, fundada en 1985. En aquel entonces, se dio cuenta de que, si bien la indumentaria del siglo XIX había sido estudiada, "la indumentaria del siglo XX, tanto la indumentaria como los trajes del siglo XX, estaban sin investigar". Esta constatación la impulsó a iniciar un camino de estudio que no solo ha abarcado el traje de baserritarra, sino también otras vestimentas utilizadas en el ámbito de la fiesta y la danza tradicional vasca. La tesis consta de más de 500 páginas, 205 imágenes, el análisis de 30 prendas físicas —algunas con más de 100 años de antigüedad— y el testimonio recogido en 81 entrevistas a portadores y expertos. Una de las aportaciones conceptuales más relevantes de la tesis es la distinción que establece entre la indumentaria y el traje. Albizu explica que, por un lado, existía la "indumentaria popular" o "tradicional", que era la vestimenta cotidiana de campesinos y pescadores del siglo XIX, alejada de las modas urbanas. Por otro lado, a finales de ese mismo siglo, surge el "traje", con una nueva función social. Este traje, inspirado en la indumentaria rural, comenzó a ser utilizado por "personas que no eran campesinas en teatros, fotografías y concursos festivos". Su análisis, centrado especialmente en el traje femenino, desvela cómo su evolución refleja los cambios sociales, culturales e incluso políticos que se produjeron a lo largo del siglo XX. Tras defender su tesis, el siguiente paso para Anne Albizu es la publicación de su investigación para que sea accesible al gran público. Considera su trabajo como el "primer granito de arena" y confía en que abrirá la puerta a nuevas investigaciones. "Es la primera tesis de indumentaria en la Universidad del País Vasco, por eso me costó mucho, nueve años conseguir un programa y una directora". Su deseo final es que "hubiera un mínimo programa en las escuelas y en casas culturales", para que el traje de baserritarra se estudie y se comprenda como lo que es, una parte viva de la cultura vasca.