La Policía identificó a Gabriela Segovia, alias “La Madre”, como pieza clave en el control de plazas de explotación sexual al norte de Lima. Según las investigaciones, operaba bajo órdenes de una facción del Tren de Aragua en el Perú. Las víctimas eran obligadas a pagar cuotas diarias y semanales bajo amenazas y violencia constante.