Rosa Mercado contó que su compañera le dijo que estaba sufriendo violencia de género y que necesitaba un lugar. Tras dos años de usurpación, logró desalojarla con acciones judiciales de por medio. "Siempre hay que tener abogados", recomendó. Le prestó la casa a su amiga, no quiso desocupar la vivienda, fueron a juicio y le destrozó el departamento