Por cerca de 11 horas, un comando armado mantuvo secuestrados a 71 trabajadores y miembros del esquema de seguridad de la mina de esmeraldas Cunas, ubicada en Maripí, Boyacá, tras un violento asalto ocurrido el pasado 12 de diciembre, de acuerdo con una investigación revelada por El Tiempo . El medio conoció videos del ataque, así como testimonios y antecedentes judiciales de algunos de los capturados, quienes registran procesos por homicidio y porte ilegal de armas. El asalto causó daños estimados en cerca de dos millones de dólares. En contexto: ¿Quién era Jesús Hernando Sánchez, el esmeraldero asesinado por francotirador en norte de Bogotá? El caso cobró mayor relevancia porque la mina pertenece a Esmeraldas Santa Rosa, empresa vinculada a los comerciantes de gemas Jesús Hernando Sánchez y Pedro Aguilar, asesinados meses atrás por francotiradores en Bogotá. Según el testimonio entregado a la Fiscalía por una de las víctimas —al que tuvo acceso El Tiempo —, el ataque comenzó hacia las cinco de la tarde, cuando la trabajadora se encontraba en uno de los niveles subterráneos y recibió instrucciones para operar el malacate. Minutos después, las comunicaciones se interrumpieron y quedó incomunicada. Al dirigirse a la sala de cámaras junto a un guardia de seguridad, ambos fueron sorprendidos por un grupo de aproximadamente 22 hombres encapuchados y fuertemente armados, quienes redujeron al vigilante y obligaron a la mujer a colaborar bajo amenazas. Siga leyendo: Así fue el operativo para liberar a 71 personas en una mina de esmeraldas en Boyacá De acuerdo con su relato, los asaltantes estaban coordinados por radio, conocían la distribución de la mina y forzaron a la trabajadora a subir y bajar a varios grupos de hombres , mientras otros retenían a mineros y vigilantes en los túneles más profundos. Durante la toma, los atacantes destruyeron cámaras de seguridad, sistemas eléctricos y equipos tecnológicos, además de sustraer herramientas, cableado y otros elementos. También ingresaron con maletas cargadas con equipos y explosivos , lo que evidenciaría una planeación previa. Lea aquí: ¿La minería y el turismo son compatibles en Jericó? La mujer denunció haber sido golpeada, intimidada y víctima de agresiones verbales, además de ser tocada sin su consentimiento y de recibir amenazas de abuso sexual. El Tiempo se abstuvo de publicar parte de su testimonio por respeto a la víctima. Tras la retirada del grupo armado, los trabajadores lograron reagruparse y salieron de la mina en la madrugada, cuando fueron atendidos por personal de emergencia. Las autoridades capturaron a varios integrantes del comando y les incautaron armas, munición, radios, taladros hidráulicos y explosivos, aunque cerca de 29 implicados lograron escapar al mezclarse entre los mineros. Pese a la gravedad de los hechos, la Fiscalía imputó inicialmente a los capturados por hurto calificado y porte ilegal de armas, una decisión que ha generado críticas por parte de los representantes de la empresa afectada. Días después, otro grupo armado intentó ingresar a una mina en Quípama, también en Boyacá, lo que reavivó las alertas en la región esmeraldera.