La batalla contra las organizaciones criminales en Galicia, en especial del narcotráfico, ya no se libra solo en los puntos calientes de descarga en las rías o en las persecuciones a alta velocidad en la costa atlántica. El verdadero frente de combate, más silencioso pero más letal para los clanes del narcotráfico, está en los despachos de la Agencia Tributaria. Desde ahí, el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) en la comunidad gallega, con base en A Coruña, ha levantado un muro de contención contra el dinero negro que, en los últimos cinco años, ha permitido aflorar un inventario del lujo ilícito que supera los 4,3 millones de euros.