Trump abandona a sus aliados de la OTAN, China exhibe su hegemonía y Rusia invade Ucrania mientras los europeos nos perdemos en discusiones estériles y en reglamentos prolijos e incomprensibles. Somos el continente que ha descubierto los tapones unidos a la botella. A este respecto he leído en 'The Economist' un interesante artículo que acuña la expresión «gastronacionalismo europeo». Su tesis es que la manifestación más vigorosa del nacionalismo continental es la comida. Yo diría que siempre lo ha sido. Hemos implantado el mercado único y el euro, pero las fronteras nos separan por los usos culinarios. Ya se sabe que los franceses consideran que los alemanes son comedores de salchichas, que los alemanes desdeñan a los franceses por su... Ver Más