Empresarios del ocio nocturno anticipan que habrá 250 fiestas ilegales en Fin de año y Reyes en Galicia

Como ya es habitual durante estas fechas, la Federación Gallega de Salas de Fiesta y Discotecas (Fesdiga) advirtió este viernes sobre el fenómeno de las fiestas ilegales que se suceden para celebrar el Fin de Año o la Noche de Reyes, una tendencia que alcanzó su máximo durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19 pero que sigue vigente, con al menos 250 celebraciones ilegales previstas para el día 31 de diciembre y el 5 de enero en la comunidad autónoma. Una cifra que supone una caída del 22% respecto al año anterior , en la que la Fesdiga preveía la celebración de 320 concentraciones ilegales, y que se concentrarán principalmente en la víspera del nuevo año (85% del total) según detalló en presidente de la asociación, Samuel Pousada. Se trata de reuniones de particulares que, en su mayoría, se celebran en locales con licencia que permiten alquilar el espacio de forma extraordinaria sin contar con el permiso adecuado . Un fenómeno que alcanzó su punto álgido durante los años de confinamiento, con estimaciones que se situaban entre las 3.000 y 4.000 fiestas ilegales en 2021 , mientras los locales habilitados para este ocio se mantenían cerrados en línea con las obligaciones impuestas en aquellas fechas. Tras la relajación de las restricciones, el número de estas fiestas clandestinas se situó sobre las 900, una cifra que seguía siendo muy superior a antes de la pandemia, y que se fue reduciendo paulatinamente hasta las 250 previstas para este año, por debajo de las esperadas antes de los confinamientos. Entre los motivos y soluciones ante esta problemática, el presidente de Fesdiga puso el foco en las dificultades a la hora de conseguir los permisos que algunos acaban pasando por alto, instando a los ayuntamientos a agilizar los trámites. «A veces la autorización llega tres meses después de haber celebrado la fiesta», afirmó Pousada en declaraciones recogidas por Europa Press. Un hecho que, además de ser suponer un perjuicio para aquellos locales que sí cuentan con los permisos necesarios, implica un «grave peligro» de seguridad para los asistentes, ya que, advierte Pousada, muchas de ellas se celebran en espacios sin acondicionar y que no cuentan con garantías de seguridad en el caso de que se produjese algún incidente. En sentido, recordó que algunos de estos locales son de titularidad pública, como el auditorio Mar de Vigo en cuya entrada se celebra cada año una de estas concentraciones que suponen «un peligro». En otro orden de asuntos, la Fesdiga celebró la reciente aprobación de la ley de protección de la salud de los menores, así como su capacidad para limitar los 'botellones', o la puesta en marcha del protocolo contra agresiones al colectivo LGTBI, que redujo esta discriminación de forma «significativa».