Hay discusiones de vecinos que se apagan con el portazo de una puerta y otras que terminan en los tribunales. Música a todo volumen a las tres de la mañana, fiestas interminables, reformas eternas, comportamientos agresivos o actividades claramente prohibidas. Situaciones que se repiten, que desgastan a la comunidad y que, en los casos más extremos, pueden acabar con una consecuencia que muchos desconocen: quedarse sin poder usar la vivienda durante años, aunque sea de tu propiedad.