Nunca es una decisión heroica. Nadie se lía con alguien con pareja pensando. Normalmente se hace, por lo general, porque no se piensa. No hay épica ahí. Hay, como mucho, una copa de más, una conversación que se alarga y una frase que empieza diciendo que el amor que conocía se ha acabado. Luego siempre se espera lo mismo. Que pase el tiempo y ser el elegido, pero sigue pasando el tiempo y todo sigue igual. No hay más tiempo que el de la agenda encapsulada que te regaló y esa competición inexistente de la que una parte del triángulo todavía no es consciente. Y sigue pasando el tiempo. Sigues quedando porque esa persona te gusta. Van a cortar, lo tiene claro, te dice. Pero no llega.