El camino para formar un perro guía es largo y difícil, lleno de controles médicos y sesiones de entrenamiento. Es un proceso de selección muy exigente para asegurar que el animal será el más adecuado para acompañar a una persona ciega; y no todos los perros pasan el corte. ¿Qué pasa con esos perros? Es el caso de Fox, que ahora tiene una nueva vida junto a un dueño mallorquín.