Cayó el 'familión', y lo hizo de forma decisiva, catastrófica. El izquierdismo imperante de la familia Zelaya en Honduras no alcanzó el 20% de los votos y su modelo quedó al descubierto como un proyecto agotado, sostenido más por apellidos y cargos que por respaldo social. Las urnas cerraron el ciclo con una claridad incómoda para la izquierda bolivariana: el país dio la espalda al nepotismo envuelto en ideología. En tiempo de descuento, la familia presidencial reaccionó con un guion conocido. Denunció un golpe del «imperialismo» de Washington y una supuesta injerencia directa de Donald Trump en un país presentado, una vez más, como vasallo. Pero los números no acompañan el relato. La oposición en su conjunto rozó el 80%... Ver Más