El tiempo amarillo

Últimamente, cuando alguien me felicita por estas fechas con un feliz Navidad, suelo responder que me conformo con que no me hagan la pascua. Y no son pocas las felicitaciones que llegan acompañadas de una imagen, aunque cada vez menos: algunas en forma de publicidad institucional, otras cargadas de poesía visual. Al final, en estos días, acaba imponiéndose la nostalgia y la melancolía, quizá porque echamos de menos a quienes ya no están y con quienes compartimos momentos que ahora añoramos.