La oscarizada «Historia de un matrimonio» es uno de los mejores ejemplos que muestra cómo una relación entre progenitores sin desavenencias puede terminar en un pleito judicial por cuestiones tan notorias como la educación, la salud o cambios de domicilio –como es el caso de la película– de los hijos. Y todo por la falta de entendimiento en el ejercicio de la patria potestad; es decir, a qué progenitor le compete el poder de decisión cuando no existe un acuerdo entre ambos.