La preocupación familiar cuando uno de los hijos anuncia que quiere dedicarse a la música no es algo de aquí y de ahora. Ha ocurrido en todas las épocas y en las mejores familias, incluso en las musicales, preocupadas por la supervivencia de sus vástagos. Cuando el hijo abandona una idea tan descabellada, todos felices. Pero si la cabezonería, o el amor por la música, es superior, solo queda la aceptación o el enfrentamiento. Hoy y por estas fechas tan próximas al tradicional Concierto de Año Nuevo les voy a hablar de la disputa que mantuvieron por este motivo los miembros de la familia musical vienesa por excelencia: los Strauss.