Las celebraciones navideñas son sinónimo de reencuentros, sobremesas infinitas y comidas especiales, pero por ello también de cambios de rutina que pueden afectar al bienestar digestivo de toda la familia. Tanto adultos como niños pueden experimentar molestias derivadas de comidas más copiosas, exceso de dulces, cambios de horarios y un mayor nivel de estímulos y estrés característico de estas semanas.